El periodista británico Dom Phillips, colaborador del diario The Guardian, y el indigenista brasileño Bruno Araújo Pereira se encuentran desaparecidos desde la mañana del domingo 5 de junio en el Valle do Javari, una remota y selvática región en la Amazonía brasileña próxima a las fronteras con Perú y Colombia, donde realizaban una investigación sobre amenazas contra los indígenas.
El frío que predominó desde tempranas horas de la mañana en Río no impidió que más de medio centenar de personas llegaran al sitio convocado para el acto: la torre de vigilancia 6, lugar donde el periodista británico solía practicar surf de pala cuando, años atrás, vivía en la "cidade maravilhosa".
Familiares, amigos y personas que pese a no conocer a los desaparecidos se han solidarizado con su situación, llegaron hasta la playa más famosa de Brasil para pedir que se intensifiquen las búsquedas del periodista y el indigenista, tras ocho días sin información alguna sobre su paradero.
Entre ellos estaban los suegros y el cuñado de Phillips, pues el periodista conoció a su esposa en Río, pero desde 2007 vive con ella en Salvador, la capital del estado de Bahía.
Vistiendo camisetas blancas con una imagen de los desaparecidos acompañada de la frase "¿Dónde están?", a imagen en fondo rojo de los desaparecidos, los asistentes protestaron en silencio, en un acto simbólico que retumbó más que si hubiera sido a viva voz.
Desde la desaparición, ocurrida el domingo pasado, los resultados obtenidos hasta el momento por las autoridades se reducen a la captura de un sospechoso e interrogatorios con algunos testigos, acciones que han sido fuertemente cuestionadas nacional e internacionalmente por personalidades y diversas ONG, que han demandado al Gobierno de Jair Bolsonaro "utilizar todos los recursos disponibles" para encontrar a los desaparecidos.
Tras una semana, las autoridades se han encontrado rastros de sangre en la lancha que los conducía y que pertenece al único sospechoso de su desaparición, quien fue arrestado.
Las muestras están siendo analizadas junto con restos "aparentemente humanos" que fueron encontrados el viernes en los alrededores del sitio donde el periodista y el indigenista fueron vistos por última vez.
La demora en las búsquedas ha levantado la voz de diversas organizaciones no gubernamentales y de organismos internacionales como la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que instaron al Gobierno de Jair Bolsonaro a "redoblar" sus esfuerzos para encontrar a los desaparecidos tras señalar que las autoridades actuaron inicialmente con lentitud y cierto deprecio.
En la misma línea se manifestó la Corte Suprema de Justicia brasileña que exigió que esta semana las autoridades presenten un informe sobre las actividades que han adelantado en la procura del periodista y el indigenista.
El Valle do Javari, la segunda reserva indígena más grande de Brasil, es conocida por ser un escenario de conflictos donde predominan el narcotráfico, el robo de madera y la minería ilegal.
Araújo, quien trabaja desde hace años en esa región y conoce a profunidad la zona, había sido objeto de diversas amenazas por parte de mafias de mineros ilegales, madereros y hasta traficantes de drogas que operan en la región, lo que ha despertado temores de un asesinato entre sus allegados.
Phillips, por su parte, es un veterano periodista afincado en Brasil desde hace 15 años y quien ha colaborado con diversos medios internacionales, como el Financial Times, New York Times y el Washington Post, entre otros, y trabaja actualmente en una investigación para un libro sobre el Valle do Javari.
La pista de Phillips y Araújo se perdió el 5 de junio cuando se desplazaban desde la comunidad de Sao Rafael hasta la ciudad de Atalaia do Norte, en el estado de Amazonas, adonde deberían de haber llegado la mañana del domingo.
Viajaban en una embarcación nueva, con 70 litros de gasolina, suficiente para el viaje, y fueron avistados por última vez a la altura de la comunidad de Sao Gabriel, a algunos kilómetros de Sao Rafael.