El periodista británico Dom Phillips, colaborador del diario The Guardian, y el indigenista brasileño Bruno Araújo Pereira se encuentran desaparecidos desde la mañana del domingo en el Valle do Javari, una remota y selvática región en la Amazonía brasileña, donde realizaban investigaciones para escribir un libro.
Según un comunicado del Comité de Gestión de Crisis, creado para coordinar la búsqueda e investigaciones, los equipos “localizaron en el río, próximo al puerto de Atalaia do Norte, material orgánico aparentemente humano que está siendo enviado para análisis de pericia por parte del Instituto Nacional Criminalista”.
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Ese organismo, perteneciente a la Policía Federal (PF), también analiza las “muestras” colectadas de los “vestigios de sangre encontrados en la embarcación de Amarildo da Costa de Oliveira, de 41 años y conocido como “Pelado”, cuya prisión temporal fue decretada por la Justicia ayer (jueves)”.
Alias Pelado, único sospechoso arrestado y al que se le incautó armas, munición y drogas ilegales, fue visto el domingo en una lancha detrás de la embarcación de los desaparecidos, que se dirigían por vía fluvial con destino al municipio de Atalaia do Norte.
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De acuerdo con el comité, este viernes “se realizó colecta de materiales genéticos de referencia” del periodista británico, en Salvador de Bahía, y del indigenista brasileño, en Recife (Pernambuco), ciudades en las que residían.
Los materiales recolectados “serán utilizados en el análisis comparativo con la sangre encontrada en la embarcación (del sospechoso)”, apuntó el comité, que espera “dilucidar los hechos para que se presente el retorno, cuanto antes, de los señores Bruno Pereira Araújo y Dom Phillips con sus seres queridos”.
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Araújo, un profundo conocedor de los pueblos indígenas apartados en la Amazonía, ya había denunciado amenazas contra su vida por parte de madereros y mineros ilegales y de narcotraficantes que ejercen control en la zona.
La falta de noticias concretas sobre los desaparecidos aumenta a diario la presión de organismos internacionales sobre el Gobierno brasileño, acusado de haber tenido una reacción tardía ante el caso.
Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW) y otras entidades nacionales y extranjeras criticaron la demora de la movilización por parte de las autoridades.