En una rueda de prensa, Hogan explicó que se produjo una persecución policial durante la cual el sospechoso disparó a un agente en el hombro, tras lo cual recibió un balazo en la espalda.
El gobernador dijo desconocer si el sospechoso se encuentra con vida. Pero, en su página de Facebook, la oficina del sheriff del condado de Washington, donde se encuentra Smithsburg, aseguró que el sospechoso "ya no es una amenaza para la comunidad".
Medios locales, por su parte, apuntaron que el tiroteo habría tenido lugar en una fábrica.
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Este nuevo tiroteo mortal tiene lugar en un momento en que el debate sobre el control de las armas de fuego ha vuelto a ocupar la primera línea en Estados Unidos, después de los trágicos tiroteos masivos en un supermercado de Buffalo (Nueva York) y en un colegio de Uvalde (Texas).
En este último fallecieron 19 niños —la mayoría de 10 años— y dos maestras.
Unas horas antes, este mismo jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de una iniciativa legislativa que permite activar un procedimiento legal para confiscar armas de fuego a personas que puedan representar un peligro para otros o para ellas mismas.
La medida, que ahora deberá ser votada en el Senado, se aprobó con el apoyo de 224 congresistas —en su inmensa mayoría del Partido Demócrata— y con el voto en contra de 202 parlamentarios —prácticamente todos del Partido Republicano—.