Hernández, un empresario multimillonario de la construcción que obtuvo la segunda mayor votación en la primera vuelta y el próximo 19 de junio medirá con el izquierdista Gustavo Petro, afirmó durante una rueda de prensa en la ciudad de Barranquilla que "la guerra de las drogas se combate con capitalismo, no es con plomo ni con más violencia, no es decretando que la gente tenga un enfrentamiento en desigualdad de condiciones".
Las afirmaciones las hizo el candidato en respuesta a una pregunta sobre los resultados de una reunión que sostuvo con el embajador encargado interino de los Estados Unidos en Colombia, Francisco Palmieri, y en la cual se abordó el tema de las relaciones entre los dos países y especialmente lo relacionado con el narcotráfico.
"Le dije al embajador de Estados Unidos que un adicto a la droga es un enfermo y es al Estado a quien le corresponde atender ese tipo de enfermedades", anotó Hernández, considerado la sorpresa política debido a que llegó a la campaña presidencial sin el apoyo de los tradicionales grupos políticos.
Anotó que "si a los adictos les entregamos la droga gratis, ya sea intravenosa, por aspiración u oral, se acaba la demanda. Nadie volverá a comprar porque se la regalan y así la oferta se acaba y se acabó la droga. Es la única manera, de resto, seguirá la droga".
Para Hernández, un ingeniero oriundo de la región nororiental de Santander que ha tomado como su principal bandera de campaña la lucha contra la corrupción política en Colombia en un discurso en el que no se define ni de izquierdas ni de derechas sino más bien populista, “entre más muertos y más violencia haya para reprimir la producción, el precio sube y el negocio seguirá próspero”.
Durante la rueda de prensa Hernández afirmó que “hace 20 años la sumatoria de la venta de droga en el mundo era un poco menos de 50.000 millones de dólares y hoy son 650.000 millones de dólares” y agregó que el sistema ha fracasado con 13 veces más plata moviéndose en la droga a pesar de los recursos que se han enviado para la estrategia de represión.
“En caso de ser elegido, tocará mirar en la Organización de Naciones Unidas a ver cómo nos ponemos de acuerdo para acabar con la demanda. Si se acaba la demanda porque les entregamos a los adictos la droga, se acabó el negocio, se acabó la violencia”, reiteró.
Otro de los temas a los que se refirió el candidato presidencial es el relacionado con las demoras en la ejecución del proyecto de recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, la arteria fluvial más importante de Colombia, iniciativa que mediante una asociación público privada pretende potenciar el transporte multimodal de carga en el país.
“Hay que revisar qué corrupción hubo, quien es el culpable de esa corrupción y ponerlo en evidencia para liquidar el contrato y reponerlo, es decir, que no haya pleitos judiciales porque no se puede hacer nada hasta cuando se resuelva el anterior”, expresó.