De acuerdo con el Gobierno del estado de Pernambuco, además del número de muertos, el de damnificados aumentó a 6.198 debido a que las lluvias, a pesar de reducir su intensidad, no dan tregua, lo que impide las labores de rescate, limpieza y restablecimiento de algunos servicios como saneamiento, agua y energía eléctrica.
Las lluvias se intensificaron desde el pasado 22 de mayo y en nueve días provocaron inundaciones y deslizamientos en toda la región metropolitana de Recife, la capital de Pernambuco, principalmente en los municipios de Camaragibe, Olinda, Paulista y Jaboatao dos Guararapes.
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La situación más caótica ocurrió en la mañana del sábado pasado en el humilde barrio de Jardim Monte Verde, en Jaboatoao dos Guararapes, donde varias residencias fueron sepultadas por aludes de tierra, provocados por las fuertes precipitaciones y desbordamientos de riachuelos.
Los deslizamientos en Jardim Monte Verde responden por casi el 90% de las víctimas mortales del mayor desastre meteorológico de Recife en las últimas cinco décadas.
El Cuerpo de Bomberos indicó que de los 16 desaparecidos, 14 estarían todavía sepultados, mientras que las otras 2 personas fueron arrastradas por las fuertes corrientes de agua.
El lunes, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sobrevoló el área afectada y anunció una línea de crédito sin intereses para los microempresarios damnificados y la liberación inmediata de recursos federales destinados a municipios que pasan por este tipo de catástrofes.
Las autoridades locales y voluntarios también se han movilizado para atender con alimentos y víveres a las personas desamparadas que perdieron sus residencias y se encuentran en improvisados albergues en escuelas públicas.