"La mayoría" de las personas liberadas por el FPLT no son "prisioneros de guerra", sino civiles que los rebeldes de la región de Tigré, en el norte de Etopía, mantenía como rehenes, según una investigación gubernamental,.
Muchos de esos rehenes eran familiares de los soldados del Ejército federal que fueron secuestrados por el FPLT durante la retirada de las tropas gubernamentales de la región de Tigré, señaló un comunicado del Ejecutivo recogido en medios locales.
Este viernes, los rebeldes tigrinos anunciaron la liberación de un total de 3.807 hombres y 401 mujeres "prisioneros de guerra" para demostrar su interés por encontrar una solución pacífica al conflicto armado.
"El Gobierno de Tigré, en consonancia con su preferencia por buscar una solución pacífica de las diferencias políticas, acordó (con el enviado de paz de la Unión Africana) adoptar medidas unilaterales para fomentar la confianza", añadió el FPLT.
Sin embargo, el FPLT sólo buscaba atraer la atención de la comunidad internacional y manipular la opinión pública a través de ese anuncio, según el gobierno federal.
Para el Ejecutivo etíope, los rebeldes estaban tratando de "encubrir" su "identidad agresora y destructiva".
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el FPLT -partido que gobernaba la región- en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de la tensión política.
Unas 9,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Tigré y las regiones vecinas de Amhara y Afar, según la ONU.
Además, miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia.
El pasado 24 de marzo el Gobierno de Etiopía declaró una “tregua humanitaria indefinida”, poniendo fin a un “bloqueo de facto” que sufría Tigré desde hacía meses, según denunció la ONU.
El FLPT anunció después un “cese de las hostilidades” sujeto al cumplimiento de esa tregua.
Desde entonces, algunas organizaciones, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU o el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), han podido reanudar sus actividades en la región.