El aborto y otros temas candentes se cuelan en la feria Frieze de Nueva York

Nora QuintanillaNueva York, 18 may (EFE).- Los temas más candentes del mundo, desde el derecho al aborto en Estados Unidos hasta la lucha contra la violencia sexual en México, pasando por la guerra en Ucrania, están reflejados en el arte contemporáneo que se expone a partir de este miércoles en la feria Frieze en Nueva York.

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Este evento hermano de la veterana Frieze Londres ha traído para su décimo aniversario en la Gran Manzana una selección de 65 galerías, menos que otros años, y vuelve por segunda vez al nuevo centro cultural The Shed, cercano a los barrios de Chelsea y Tribeca, donde se encuentran la mayoría de locales artísticos.

En la primera jornada, a la que solo se accede por invitación, este edificio que se encuentra en la zona de lujo de Hudson Yards (Manhattan) está lleno a rebosar de marchantes, coleccionistas y amantes del arte que observan y fotografían una multitud de obras repartida en tres alturas, incluida una que llama la atención en un pasillo.

Se trata de la instalación "Trigger planting", un gran mapa de Estados Unidos que señala los estados en los que está en riesgo el derecho al aborto si finalmente se revierte la ley Roe v. Wade, con "bolsillos" de hierbas medicinales que se han utilizado históricamente como "remedio" abortivo y para provocar la menstruación.

La directora de la feria, Christine Messineo, señala a Efe que la obra es de un colectivo artístico representado por la galería A.I.R. Gallery, que fue creada por mujeres un año antes de que se legalizara el aborto en el país, y en cuyos proyectos siempre han tenido mucha importancia los derechos reproductivos.

A.I.R. es una de cuatro organizaciones sin ánimo de lucro fundadas en torno a las mismas fechas "que se han convertido en el cimiento de la escena artística de Nueva York" y que han sido invitadas en esta edición como expositoras por su relevancia en el "mundo de las galerías de arte contemporáneo", agrega Messineo.

También destaca que Frieze, que acoge a los establecimientos más importantes de Nueva York, como Gagosian, David Zwirner o Sean Kelly, "no se limita a una ciudad", ni siquiera a un país, y tiene un carácter global, algo que se puede apreciar en la mitad de los expositores, que vienen de otros países, varios de ellos de Latinoamérica.

La colombiana Instituto de Visión ha dedicado todo su espacio a la artista mexicana Tania Candiani, con cuadros bordados que dibujan las siluetas de las manifestantes que en 2019 tomaron las calles de Ciudad de México para protestar contra unas leyes que "privilegian a los abusadores sobre las víctimas de violencia sexual".

"Frieze nos sirve para dar plataforma a nuestros artistas, y mostrar a un artista en solitario permite ahondar en su cuerpo de trabajo y en su pensamiento", explica Omayra Alvarado-Jensen, su directora ejecutiva, que recientemente ha abierto una nueva sede en la ciudad.

Por otra parte, la feria acogerá hasta su último día, el próximo domingo, la subasta particular de un delicado retrato de una mujer, obra de la colombiana María Berrío, que destinará su recaudación a UNICEF en beneficio de los niños ucranianos afectados por la guerra, y que está en el espacio de la galería Victoria Miro, de Londres.

"Creo que es importante tomar acción, es lo mínimo que podemos hacer", dice junto al cuadro, realizado con papel japonés y que lleva por título "The Cuttings" (Los cortes): aparece el rostro de la mujer acompañado por "flores cortadas que simbolizan cómo se están cortando las vidas de las personas, con un fondo gris de humo".

Pero no todo es concienciación en el evento por excelencia del arte contemporáneo, y menos en un mercado que mueve millones ante el imán de la extravagancia: es el caso de la galería Gagosian, en cuyo espacio se exponían piezas abstractas del artista Albert Oehlen y donde no dejaba de arremolinarse gente.

La razón no eran los cuadros, sino una máquina dispensadora que ofrecía una bebida inventada por el artista, Cofftea, en botellines de vidrio repletos de cafeína en cuya etiqueta se podía leer su nombre y el de la feria, a modo de recuerdo.

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