Argentinos reemplazan una comida por el mate para “sentirse llenos”

BUENOS AIRES. Presionados por la crisis económica, los argentinos comienzan a reemplazar una comida del día por el mate. “Mucha gente ha sustituido un almuerzo o una cena con mates con alfajor, en el mejor de los casos, bizcochos de grasa o galletitas”, asegura una fuente consultada.

Un joven bebe mate el 16 de mayo de 2022 en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). La aceleración de la inflación no socava el consumo de yerba mate en Argentina, un producto tan arraigado a la cultura que se benefició con el encierro por la pandemia de covid-19 y que resiste el aumento de la pobreza, ya que la bebida también se utiliza para reemplazar comidas. El consumo de mate alcanzó un récord histórico de 282,8 millones de kilogramos en 2021, cuando se pasó a consumir de 5,9 a 6,17 kilogramos por persona. (EFE)
Un joven bebe mate el 16 de mayo de 2022 en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). La aceleración de la inflación no socava el consumo de yerba mate en Argentina, un producto tan arraigado a la cultura que se benefició con el encierro por la pandemia de covid-19 y que resiste el aumento de la pobreza, ya que la bebida también se utiliza para reemplazar comidas. El consumo de mate alcanzó un récord histórico de 282,8 millones de kilogramos en 2021, cuando se pasó a consumir de 5,9 a 6,17 kilogramos por persona. (EFE)Juan Ignacio Roncoroni

La aceleración de la inflación no socava el consumo de yerba mate en Argentina, un producto tan arraigado a la cultura que se benefició con el encierro por la pandemia de covid-19 y que resiste el aumento de la pobreza,

“El mate resiste culturalmente”, con una penetración del 94% en los hogares, contó el gerente Comercial de la yerba CBSé, Gustavo Redondo, por lo que atraviesa invicto las crisis que padece Argentina, incluyendo la actual con una inflación que se aceleró al 58% en abril último y una pobreza cercana al 40%.

El consumo de mate alcanzó un récord histórico de 282,8 millones de kilogramos en 2021, cuando se pasó a consumir de 5,9 a 6,17 kilogramos por persona, y subió 1,5% interanual en el primer trimestre de este año, hasta los 67,9 millones de kilogramos, según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

“Sentirse lleno”

Uno de los motores de crecimiento del consumo es que la gente que ve deteriorado su ingreso lo usa para reemplazar una comida: el mate genera la sensación de “sentirse lleno”.

“Mucha gente ha sustituido un almuerzo o una cena con mates con alfajor, en el mejor de los casos, bizcochos de grasa o galletitas. Hacen una comida fuerte, o a la noche o al mediodía, y después lo reemplazan también con el mate cocido”, explicó Redondo, al destacar las “bondades antioxidantes y energizantes” de la yerba mate.

De hecho, la yerba es uno de los productos de los bolsones de alimentos que reparte el Estado para mitigar la pobreza y el mes pasado el Gobierno anunció que destinará 643,3 millones de pesos (5,45 millones de dólares) a la compra de yerba para “atender a la población en situación de vulnerabilidad”.

La inflación no resiente la cultura del mate, pero lo que sí hacen los argentinos es buscar una marca más barata, en un mercado con más de 200 etiquetas.

“Hay que seguir construyendo marca”, explicó Redondo, respecto de trabajar en el sabor, la presentación y la calidad. “A veces tenés que ser mejor que antes para que (el consumidor) no te cambie por diez pesos”.

Gourmet

La tradición de tomar mate incluye compartirlo con amigos, acompañar a los estudiantes o a los trabajadores, además de tomarlo después de comer, y para beberlo se usa un sorbete conocido como "bombilla", que por lo general suele ser de alpaca, acero o plata, que filtra la yerba del líquido.

El encierro y el trabajar desde casa por la pandemia de covid-19 ayudaron a incrementar las colaciones y por lo tanto el consumo de mate, así como la obligación de tomar en forma individual para evitar que compartirlo genere contagios de coronavirus.

Si bien el consumo de yerba mate creció, bajó el de la yerba común al 68% del mercado, según dijo Redondo, mientras que casi el 15% es de yerbas compuestas y saborizadas, un 10 % es de yerbas suaves y subió a un 7 a 8% el de yerba premium.

Con “la explosión de lo gourmet”, que la “gente empezó a cocinar en su casa” y la preferencia por sabores diferentes de los jóvenes de 18 o 19 años hizo efecto en CBSé, que solo vende yerbas compuestas, saborizadas y premium y está posicionada tercera en el mercado, contó Redondo.

Ahora es “cool”

Argentina es el principal productor y exportador de yerba mate en el mundo: en 2021 produjo 882,09 millones de kilos, que el INYM considera un volumen suficiente para abastecer el consumo interno y las exportaciones este año y aún evalúa el efecto de la sequía en la cosecha de este año sobre el abastecimiento en 2023.

Ya en 2020 se importaron alrededor de 31 millones de kilos y en 2021, unos 26 millones de kilos, algo que sorprendió en Argentina, que además de a los faltantes, respondió a que se consigue materia prima más barata en Paraguay y Brasil, según el INYM, algo que en 2022 se dificulta repetir por las restricciones cambiarias.

Argentina exportó 35,5 millones de kilogramos de yerba mate en 2021, un mes y medio de consumo interno, según el INYM, cuyo principal destino es Siria, seguido por Chile, España, Estados Unidos, Líbano y Francia, en tanto en 2021 se oficializó el primer envío a la India y el primer local exclusivo en Vietnam.

“Si bien siempre fue un negocio nostálgico” de los expatriados, “los jugadores de fútbol nos han dado mucha mano porque andan con su termo y mate debajo del brazo y lo pusieron de moda”, contó Redondo.

Gracias a los futbolistas como Antoine Griezmann, Lionel Messi y Luis Suárez, “es `cool` tomar mate”, dijo Redondo.

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