En un breve comunicado, Awad, que también es secretario general adjunto de la organización, dijo que el ataque en la escuela de Belogorovka, que acogía al menos a 90 ciudadanos, es otro “crudo recordatorio de la crueldad de esta guerra”, y se solidarizó con las víctimas y sus familiares.
Según las últimas informaciones, se han contabilizado dos fallecidos y hay 60 desaparecidos.
El centro escolar se derrumbó tras el ataque y 30 personas pudieron ser rescatadas, tras lo que el gobernador regional de Lugansk, Serhiy Gaidai, sostuvo en un mensaje a través de Telegram que las 60 personas que están sepultadas probablemente han muerto.
Awad reivindicó que tanto los civiles como las insfraestructuras civiles deben preservarse en tiempos de guerra según leyes internacionales humanitarias que "no son negociables", y reclamó un "fin pacífico" al conflicto lo antes posible por el bien del pueblo ucraniano y del resto del mundo.
La localidad de Belogorovka está ubicada en una de las zonas donde se están dando duros combates entre tropas ucranianas y rusas en la región separatista de Lugansk.