En 2021 el tráfico de animales aumentó un 74 por ciento con respecto al año anterior, con 173 especies diferentes vendidas de forma abierta, 30 más que en 2020 en Birmania, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
"El comercio en línea de especies salvajes dentro de Birmania está intensificándose", declaró en un comunicado Shaun Martin, responsable del proyecto sobre comercio de animales salvajes de WWF en Asia Pacífico, quien también destacó "la importancia global de la biodiversidad de Birmania".
El aumento es especialmente significativo en el caso de los mamíferos, cuyas ventas se dispararon un 241 por ciento, incluidos animales en grave peligro de extinción como el pangolín de Sunda, vendido para el consumo de su carne, además de elefantes, cuya piel se usa para la joyería, y oseznos, publicitados como mascotas
"La crisis política puede haber exacerbado el comercio al reducir la ya anteriormente débil capacidad de las autoridades birmanas para aplicar las protecciones legales para la vida salvaje y el entorno natural del país", reza el informe en alusión a la caótica situación del país a raíz del golpe.
Las estadísticas muestran una bajada brusca de los anuncios de ventas entre febrero y abril, momento en que la junta militar que tomó el poder el 1 de febrero de 2021 restringió el acceso a internet para sofocar la disidencia y buena parte de la población evitaba cualquier tipo de riesgo.
A partir del mes de mayo, sin embargo, los anuncios en las redes sociales se multiplicaron, con el país sumido en una crisis económica y política en que los militares encabezados por el general Min Aung Hlain estaban centrados en asentarse en el poder ante la oposición de los manifestantes y de los grupos armados de las minorías étnicas.
WWF también argumenta que las restricciones de internet fueron centrándose en las regiones más conflictivas y que muchos usuarios están acostumbrados a usar sistemas VPN que les conectan virtualmente a la red de otro país para evitar las restricciones gubernamentales.
Estas cifras se dieron apenas cuatro años después de que el Gobierno entonces encabezado por Aung San Suu Kyi (encarcelada desde el golpe) aprobara en 2018 la primera ley de protección de la vida salvaje para poner coto a la venta en cualquier mercado o al abundante tráfico a China de productos hechos a partir de animales salvajes.
Con las autoridades sobrepasadas por la inestabilidad política, los vendedores no han tenido reparos en anunciarse en grupos de acceso abierto para cualquier usuario de Facebook, con compras y ventas de animales protegidos sin ningún disimulo.
RIESGO DE ENFERMEDADES
Además de la pérdida de biodiversidad, Martin señaló que el tráfico de estas especies en condiciones insalubres dispara el riesgo de transmisión de enfermedades de animales a humanos, como se especula que ocurrió con el virus que provoca la covid-19.
"A pesar de lo que ahora sabemos sobre los orígenes de la covid-19, la vigilancia de las ventas en línea ha revelado que se coloca a diferentes especies en un espacio muy reducido, a veces en la misma jaula", señaló Martin.
"La carne salvaje -añadió- se vende en cuestión de minutos, las ventas de animales a punto de extinguirse se discuten abiertamente en grupos online y el comercio se da a través de las fronteras. Con la historia de Asia como vivero para enfermedades zoonóticas, este grave aumento del comercio de animales salvajes en Birmania es extremedamente preocupante".
Para el responsable de este apartado de WWF en Asia, "estos cibercrímenes tienen el potencial de desestabilizar la región y se debe hacer más para afrontar tanto el suministro como la demanda de animales salvajes".