“Condenamos enérgicamente los intentos de involucrar a Transnistria en los eventos en Ucrania”, dijo la portavoz de Exteriores, María Zajárova, en su rueda de prensa semanal.
"Estamos preocupados por la escalada de tensiones en Transniestria, donde en los últimos días ocurrieron una serie de tiroteos y explosiones en edificios e infraestructura gubernamentales", afirmó.
Aseguró que "se llevará a cabo una investigación imparcial sobre cada detalle de lo acontecido", que las autoridades de la región separatista tratan como ataques terroristas y que, denuncian, procedían de territorio ucraniano.
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Kiev, sin embargo asegura que se trata de una operación de “falsa bandera” de Rusia para culpar a Ucrania de los ataques, además de preparativos para lanzar una ofensiva.
Se calcula que Rusia tiene estacionado de forma permanente en Transnistria un contingente de unos 1.500 efectivos.
Transnistria, territorio de apenas medio millón de habitantes, en su mayoría eslavos, rompió lazos con Moldavia tras un conflicto armado (1992-1993) en el que contó con ayuda rusa.
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En virtud del Acuerdo para la Solución Pacífica del conflicto de Transnistria firmado en julio de 1992, Rusia emplazó 2.400 efectivos para garantizar la paz en la zona, pero fue reduciendo este contingente a lo largo de los años.
"Hacemos un llamamiento a la moderación y a la tranquilidad en Transnistria e instamos a Chisinau y Tiráspol a reanudar la búsqueda constructiva de soluciones óptimas a los problemas", señaló Zajárova.
Moldavia ha pedido su adhesión a la Unión Europea (UE), mientras que Tiráspol ha solicitado que se reconozca su independencia tras este paso dado por Chisinau.