En la que fue una versión histórica de la Bienal, que contó con la mayor representación femenina en sus 127 años de historia, la curadora italiana Cecilia Alemani destacó que Vicuña “ha recorrido su propio camino, con humildad y obstinación, anticipándose a muchos debates recientes sobre ecología y feminismo, e imaginando nuevas mitologías personales y colectivas”.
Con 73 años y una fecunda obra centrada en la belleza de la tradición indígena y la importancia de la naturaleza, la artista oriunda de Santiago abordó su lectura del actual momento político en Chile, el rol del arte y la creación en ese contexto y los cambios de una sociedad "en alerta".
"UN CAMBIO DE CONCIENCIA"
P: ¿Cómo recibe este premio que se da además con una versión marcada por el protagonismo de mujeres artistas?
R: Es un privilegio ser parte de un cambio paradigmático que refleja un movimiento mundial de mujeres que tienen una claridad moral, intelectual y espiritual extraordinaria. Hay un cambio de conciencia que ha sido universal, repartido por clases sociales y culturales a lo largo de la Tierra. Chile es un ejemplo maravilloso, por el movimiento de estudiantes que nos ha dado esta Convención Constitucional donde la primera presidenta fue una mujer indígena, Elisa Loncón.
P: ¿Cómo se gesta, a su juicio, este cambio?
R: Estoy estudiando el origen de la cultura patriarcal, que en la historia de la humanidad es corta, pero es tan férrea que parece que fuera la única realidad. Durante mucho tiempo hubo sistemas organizativos en los que había paridad. Cuando yo era niña yo ya era feminista. No lo aprendí en ningún lado, era el espíritu de la época.
P: Su obra tiene elementos que ponen la naturaleza al centro, el arte y la cosmovisión indígena ¿de dónde viene eso?
R: Crecí en un periodo increíble, donde parecía que había paz y el deseo de justicia era creciente desde muchos sectores. Luego vinieron los años de la gran liberación social, cultural y política. Fui parte también de esa revolución, del sentimiento y de la forma de ver el mundo. Crecí en una casa llena de libros y en el campo, como una niña silvestre. Me di cuenta que era indígena, primero por la sensibilidad, por la simpatía y empatía con la belleza del mundo indígena. Siempre me pareció que era más bello, que las personas se comportaban con otra dignidad.
P: Pareciera que Chile siempre ha estado peleado con su identidad indígena, ¿cree que eso está cambiando?
R: El planeta entero ha estado peleado con esa identidad por todo lo que ha traído la cultura del capital y el dominio de los hombres blancos, con la conquista europea y esa idea de que los pueblos originarios eran atrasados, que no tenían inteligencia ni capacidad creativa. Es una fake news de 500 años. Sin duda es parte de esta revolución silenciosa. Los jóvenes están sintiendo el fin, la presencia ominosa de que se acaba el agua. La gente está sintiendo la amenaza que esta cultura está creando.
PROCESO CONSTITUYENTE CHILENO
P: ¿Qué expectativas tiene respecto al proceso constituyente chileno? Por primera vez los pueblos indígenas están representados en un órgano de esta relevancia...
R: Espero que los cambios se expresen de una manera creadora e inteligente. La realidad demuestra que donde existe una presencia intelectual, moral y cultural de pueblos indígenas hay protección de la tierra y otras especies.
P: La naturaleza y el arte hoy aparecen, como hace tiempo no ocurría en Chile, como elementos claves, ¿qué se ha perdido en estos años donde ambos han sido actores secundarios?
R: He dicho que el foco en la economía como único valor para una sociedad es una gran mentira, porque necesitamos de valores de cooperación para suplir nuestras necesidades. Si tú eliminas la poesía, el arte y la cultura, estás impidiendo la creatividad.
La creatividad es un estado de ánimo en que te sientes apoyado, invitado a participar y a cooperar. Sin arte y poesía eso desaparece. La literatura y al arte aumentan la inteligencia colectiva y el pensamiento crítico, todo lo que necesitamos para reorientar la cultura humana hacia la supervivencia.
P: ¿Qué le toca al arte hoy?
R: Abrir emociones, sentimientos, visiones, hacerlas asequibles. Que formen parte de la vida cotidiana, como sucede en las sociedades indígenas. Ahí siempre hay rituales donde todos se convierten en artistas, bailarines, músicos. Necesitamos esa capacidad de vivir, de ser el arte.