El comunicado contiene los genéricos llamamientos "a las partes", la necesidad de evitar la retórica incendiaria y el ruego de no caer en provocaciones, así como una petición a respetar el carácter sagrado de Jerusalén y sus santos lugares, venerados por judíos, musulmanes y cristianos.
Pero en esta ocasión, Guterres incluyó esas peticiones específicas a Israel, aunque no lo citó por su nombre, al aludir al uso excesivo de la fuerza, que se tradujo el pasado fin de semana en que de los 156 heridos en la Explanada de las Mezquitas, 153 eran palestinos y los otros 3 policías israelíes.
La violencia, que lleva produciéndose durante un mes casi sin respiro -40 muertos en total- en Cisjordania, Israel, y desde el fin de semana también en Jerusalén, parece haberse mitigado en los últimos dos días.
Sin embargo, esta violencia se trasladó ayer a Gaza: por primera vez en siete meses, Israel atacó la franja tras haber recibido el impacto de varios cohetes, explosiones que no causaron víctimas.