Las dos últimas pistas fueron ubicadas y destruidas hoy en el municipio de Dulce Nombre de Culmí, departamento de Olancho, en el oriente del país, según un informe de las Fuerzas Armadas de Honduras.
Los dos espacios, de 1.100 metros de longitud por 35 de ancho, estaban en la comunidad de Pisijire y la aldea Los Ángeles Paulaya, ambas en Dulce Nombre de Culmí, señaló la institución armada.
Las pistas clandestinas fueron inhabilitadas con explosivos detonados por soldados de la 115 Brigada de Infantería a través del escudo terrestre que Honduras mantiene desde 2014 con apoyo de la Policía Nacional, la Policía Militar de Orden Público y otras instituciones, añadió.
Los espacios quedaron inhabilitados con 4 cráteres de 14 metros de ancho por 7 de profundidad, precisó la institución hondureña, que indicó, además, que las áreas clandestinas de aterrizajes estaban "listas para operar" y en una de ellas los soldados encontraron "los restos de una avioneta incinerada".
En lo que va de 2022, las autoridades hondureñas han inhabilitado once pistas que eran utilizadas por los carteles del narcotráfico para transportar drogas, principalmente cocaína, según cifras oficiales.
Un total de 339 espacios aéreos utilizados por los cárteles del narcotráfico para transportar drogas, principalmente cocaína, han sido destruidos desde que comenzó a operar la Fuerza de Seguridad Internacional Nacional (Fusina), en 2014, según las autoridades.
Por su posición geográfica, Honduras, principalmente el Caribe, es utilizado por narcotraficantes internacionales que envían cargamentos, especialmente de cocaína, a Estados Unidos, en avionetas y embarcaciones rápidas.
Según cifras oficiales, Honduras decomisó en 2021 más de 14 toneladas de cocaína y 525.125 arbustos de coca, y destruyó 8 laboratorios supuestamente dedicados a procesar drogas.
Los principales problemas que enfrenta Honduras, que registra a diario una media de diez homicidios, son la violencia causada por el narcotráfico y el crimen organizado.