"El 24 de abril, no cedáis al miedo, o al '¿para qué sirve?', no cedáis al gran relativismo. Si no queréis renunciar al humanismo, a esta civilización del siglo XXI, a construir una gran nación ecológica, ¡uníos a mí!", declaró Macron en el primer mitin celebrado tras clasificarse a la segunda vuelta el pasado domingo.
Los sondeos de este sábado muestran que la distancia entre Macron y Le Pen sigue acentuándose y dan entre un 55,5 % y 56,4 % al actual dirigente, frente al 51 % con el que partía el pasado domingo.
El liberal se ha apresurado a añadir más verdor a un programa en el que la izquierda le reprochaba no otorgar suficiente importancia a la ecología.
Tras mostrarse dispuesto a "enriquecer" su programa con las propuestas de los partidos de la izquierda, Macron llamó hoy a la puerta de los diez millones de votantes que en la primera vuelta se decantaron por las opciones más progresistas y donde una parte importante se plantea abstenerse o votar en blanco.
El peso de la abstención, que el pasado 10 de abril representó un 26 % (12,8 millones de personas), podría acentuarse en la segunda vuelta amenazando el regreso al Elíseo de Macron.
Una parte de ese electorado ha manifestado la indiferencia o el agotamiento de recurrir al llamado frente republicano, es decir, la unión de partidos contra los candidatos de extrema derecha para evitar su entrada en el poder, y se muestran hastiados de tener que elegir "el menor de los males".
"El 24 de abril es un referéndum por o contra la Unión Europea, por o contra la ecología, por o en contra de nuestra juventud, por o contra nuestra República", defendió Macron, que promete un quinquenio con nuevas bases y no solamente "otros cinco años", como le gritaban los asistentes al mitin, en parte procedentes de París, desde donde viajaron en autobuses.
ECOLOGÍA EN LA JEFATURA DEL GOBIERNO
Macron promete nombrar a un primer ministro directamente a cargo de la planificación ecológica.
Éste se apoyará a su vez en dos ministros que se repartirán la planificación ecológica en los territorios y la energética, para dejar atrás el gas, el carbón y el petróleo, a cambio de más energías renovables y un impulso de la energía nuclear, con la que el liberal quiere asegurar la independencia energética del país.
Macron insiste en su estrategia de aliar ecología y economía, apostando por la inversión y la innovación para sustituir las energías fósiles por hidrógeno, especialmente en el transporte, e incitar a la compra de vehículos eléctricos que podrán pagarse con un plan de cien euros al mes.
Esta estrategia de conciliar la ecoansiedad de las nuevas generaciones con la ansiedad de ver la imposición de un nuevo modo de vida como un muro de los más climatoescépticos, pasará por reforzar la educación en desarrollo sostenible, formar a 400.000 personas en nuevas profesiones y hasta crear una "fiesta de la naturaleza" anual -en mayo- para ensalzar la relación con la naturaleza.
El candidato, que representa una corriente de centro derecha con tintes sociales, repitió los eslóganes para defender el balance de un mandato en el que el Estado ha sido condenado por "inacción", por no cumplir sus compromisos de reducción de carbono entre 2015 y 2018.
MANIFESTACIONES CONTRA LE PEN
En paralelo a las promesas verdes de Macron, miles de personas se concentraron en ciudades como París o Lyon contra la extrema derecha, pero muchos manifestantes revelaban también su escepticismo a las promesas de Macron con lemas preocupantes para el actual presidente: "Boicot a la segunda vuelta: abstención masiva".
Otros, inquietos por el posible ascenso al poder de Le Pen, dicen que votarán a Macron tapándose la nariz.
Mientras, la candidata extremista visitaba este sábado el departamento central de Eure y Loir, donde se clasificó en primera posición con el 28,16 %, frente al 27,21 % de Macron y el 18,42 % de Jean-Luc Mélenchon.
Le Pen denunció allí la celebración de manifestaciones "antidemocráticas", muestras de que "el sistema está preocupado por ver al pueblo recuperar el poder".
Al contrario de Macron, que se desplaza intentando recuperar los terrenos en los que ha perdido apoyos, la líder de la ultraderecha se limita a visitar aquellos en los que ha quedado a la cabeza, mientras ultima los detalles del debate televisivo del miércoles, para el que se prepara desde 2017.
Entonces, su programa político y ella quedaron en evidencia ante la solidez de Macron. Pero en ese momento, el joven candidato aún era capaz de generar esperanza.