El limosnero del papa entregó la ambulancia, la segunda que dona Francisco a Ucrania, al hospital cardiológico de la capital ucraniana después de llevarla personalmente desde Roma, en su tercer viaje a Ucrania desde que comenzó la guerra con la invasión rusa.
“Allí, donde las imágenes de televisión han mostrado la crudeza más despiadada de la guerra, en ese escenario de desolación celebrare el Vía Crucis junto con el nuncio (el arzobispo Visvaldas Kulbokas), mientras el papa estará en el Coliseo de Roma”, explicó Krajewski a los medios vaticanos.
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Posteriormente se conoció que el cardenal celebrará este rito justo en Bucha, a las afueras de Kiev, una de las ciudades donde el Ejercito ruso cometió crímenes atroces contra la población civil durante el asedio.
Francisco, dijo, “besa los pies al pueblo ucraniano”, explicó el cardenal polaco cuyo objetivo es también estar cerca de los fieles ucranianos en esta Semana Santa.
Vivir el Triduo con los ucranianos
“Exactamente, esto es lo que quería el papa: que me quedase toda la semana para vivir el Triduo con los ucranianos. Al papa le gusta decir que un sacerdote debe tener olor a oveja y por eso me envió aquí: para estar entre la gente y no para hacerme fotos o para viajar, sino para quedarme a rezar”, añadió.
Se desconoce aún el lugar exacto de Bucha donde el cardenal celebrará el Vía Crucis mientras que el resto de celebraciones se oficiarán en diferentes iglesias.