Según el último informe global sobre electricidad publicado recientemente por Ember -un grupo de expertos en energía con sede en Londres-, Argentina fue uno de los siete países del mundo que en 2021 logró sumarse al lote de medio centenar de naciones que generan más del 10 % de su electricidad a partir de energía eólica y solar.
“En 2021, la energía solar representó el 1,5 % de la producción eléctrica de Argentina y la eólica, el 8,9 %. La generación eólica en Argentina fue superior al promedio mundial del 7 %”, dijo a Efe el líder global de Ember, Dave Jones.
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De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía de Argentina, el año pasado el 13 % de la demanda total de electricidad fue abastecida a partir de fuentes renovables (fundamentalmente eólica y solar, pero también incluyendo los pequeños aprovechamientos hidráulicos y las bioenergías), cuando ese nivel era de apenas el 2 % en 2017.
El objetivo de Argentina es llegar al 20 % en 2025, meta establecida por una ley aprobada en 2015 para promover las energías renovables mediante diversos incentivos.
Para 5,3 millones de hogares
Actualmente, Argentina cuenta con 187 proyectos de energías renovables operativos que suman 5.181,7 megavatios de potencia a la matriz energética, lo que permite abastecer el equivalente a la demanda de unos 5,3 millones de hogares.
El año pasado se habilitaron 26 proyectos de gran escala -en su mayoría, parques eólicos, que permitieron añadir 1.004,57 megavatios al sistema argentino.
Fuerte demanda
Según fuentes del sector consultadas por Efe, en los últimos cinco años el desarrollo de energías renovables en Argentina sumó inversiones por unos 5.000 millones de dólares, mientras que hay proyectos en carpeta por entre 1.500 y 2.000 millones de dólares a ejecutarse entre este año y 2024.
Capitales argentinos, estadounidenses, franceses, alemanes y chinos conviven en este dinámico sector en el país suramericano a través de empresas de diverso tamaño y perfil, incluyendo desde generadoras centradas completamente en las energías limpias, como Genneia.
Así también petroleras dando el salto a la transición energética, como YPF, y hasta compañías siderúrgicas que montan parques eólicos para abastecer de electricidad a sus propias plantas.
“Argentina tiene capacidad de vientos e irradiación solar de las mejores del mundo. La matriz renovable va a seguir creciendo en Argentina porque tiene mucho potencial.
Financiación para energías limpias
La meta del 20 % para 2025 es alcanzable, aunque no es simple”, dijo a Efe Gustavo Castagnino, vicepresidente de la Cámara Eólica Argentina, entidad que reúne a una veintena de empresas.
Además de la insuficiente capacidad de transporte de electricidad de Argentina -el mayor cuello de botella para el sector-, las empresas también encuentran limitaciones en los problemas de financiación del país y el restringido acceso a divisas para importar ciertos componentes necesarios para los proyectos de generación.
Con todo, más allá de la compleja coyuntura económica del país suramericano, la imparable tendencia global hacia la transición a energías limpias también impulsa la demanda en Argentina.
“La demanda de compañías privadas para adquirir energía de fuentes renovables para avanzar en el proceso de cambio de su matriz energética es enorme y abarca a todos los sectores económicos, desde industrias a entidades financieras”, destacó Castagnino, también director de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Genneia.
La urgencia que impone el gas
De acuerdo con datos oficiales, el 59 % de la potencia total instalada de electricidad de Argentina corresponde a centrales térmicas que fundamentalmente se alimentan con gas natural, lo que evidencia la fuerte dependencia del país de este combustible fósil.
Esta dependencia pesa mucho más ahora, tras la escalada en los precios del gas desde la invasión rusa a Ucrania, un verdadero dolor de cabeza para Argentina que, si bien produce gas natural, debe también importarlo, particularmente en el invierno austral.
“Con los precios del gas natural ahora en máximos históricos y con Argentina como importador neto de gas, nunca ha habido más urgencia para reemplazar la electricidad a gas por electricidad eólica y solar de cosecha propia”, señaló Dave Jones, de Ember.