“Los flujos de carbón, a medida que renuncien a él en Europa”, serán “reorientados a mercados alternativos”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa telefónica diaria.
Destacó que, “como antes, el carbón sigue siendo una mercancía muy demandada”, en alusión a que Rusia no espera tener mayores dificultades para hallar nuevos mercados o ampliar los existentes fuera del continente.
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Este jueves el viceprimer ministro ruso, Alexandr Novak, indicó que las exportaciones pueden redirigirse a la región Asia-Pacífico y advirtió de que hay países europeos que tienen una importante dependencia del carbón ruso y a los que les será difícil renunciar a los suministros rusos.
Según los cálculos de Bruselas, la prohibición de importar carbón ruso privará a la arcas rusas de 4.000 millones de euros anuales.
Rusia, principal proveedor de energía
Rusia es el principal proveedor de energía de la Unión Europea, que le compra un 46,7 % del carbón que utiliza, un 40 % del gas natural y un 27 % del petróleo.
Los dos últimos hidrocarburos han quedado fuera de este paquete de sanciones pese a tener un impacto económico mayor: de los 99.000 millones de euros que la UE pagó a Moscú por energía el año pasado, 74.000 millones fueron para petróleo, 17.300 millones para gas y 5.400 millones para carbón.