“Nos reunimos con el enviado presidencial especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, el embajador Ken Salazar y un grupo de empresarios estadounidenses. Considero que fue un encuentro amistoso, necesario y benéfico”, apuntó López Obrador en un mensaje en Twitter.
Este fue el tercer viaje de Kerry a México y en todos se ha reunido con López Obrador para continuar las conversaciones bilaterales entre ambos países sobre cómo acelerar la lucha contra la crisis climática.
En octubre pasado, Kerry puso a México como ejemplo en la lucha contra el calentamiento global, haciendo alusión al millón de hectáreas reforestadas como parte de la iniciativa Sembrando Vida.
Sin embargo, solo unos meses más tarde, en enero de este año, la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, expresó las "preocupaciones" de su país por el "potencial impacto negativo" de la reforma eléctrica que impulsa López Obrador.
La última vez que el presidente de México se reunió con Kerry fue el pasado 9 de febrero, cuando ambos países acordaron "elevar enormemente" el potencial de producción de energías limpias y formar un grupo interinstitucional de trabajo como el que integraron en materia de seguridad.
Aunque se anunció que el encuentro entre las delegaciones de México y Estados Unidos tenía el afán de acelerar la cooperación contra la crisis climática, este jueves en su conferencia de prensa diaria López Obrador centró sus palabras en el mercado energético y de combustibles fósiles y en la necesidad de aprobar su polémica reforma eléctrica.
La propuesta de reforma es controvertida porque limitaría al 46 % la participación privada en generación eléctrica para favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa del Estado.
Además, eliminaría los reguladores autónomos de energía, revisaría contratos previos y priorizaría a las plantas fósiles de CFE sobre las renovables de privados.