“Obama dijo nosotros podemos, Dilma dijo nosotros queremos, y yo voy a decir nosotros venceremos”, dijo quien es considerado el mandatario más carismático en la historia de Brasil durante un acto público en Río de Janeiro y en referencia a los históricos lemas de los expresidentes Barack Obama (Estados Unidos) y Dilma Rousseff (Brasil).
Pese a que fue muy cuidadoso con sus palabras, para no violar la legislación electoral, que prohíbe actos o discursos proselitistas antes de tiempo, Lula se refirió varias veces a la posibilidad de volver al poder y lanzó duros ataques al actual presidente, Jair Bolsonaro, líder de la derecha y que puede ser su principal rival en las presidenciales.
"Por eso les digo: esperen... esperen... que vamos a volver", aseguró el antiguo líder sindicalista, que aún no ha confirmado su candidatura presidencial, pero que se da como segura, en un discurso en que fue ovacionado por cerca de 6.000 asistentes al anfiteatro de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
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Entre los asistentes al acto estaban varios de los principales líderes del Grupo de Puebla, como el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero; el expresidente colombiano Ernesto Samper; la segunda vicepresidenta y ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz; y el presidente del Movimiento por la Regeneración Nacional (MORENA) de México, Mario Delgado.
Lula fue el responsable por la clausura del encuentro que tuvieron martes y miércoles en Río los integrantes de este foro que reúne a emblemáticos dirigentes de partidos progresistas de 16 países latinoamericanos y de España.
El líder socialista comenzó su discurso aclarando que no hablaría de elecciones, pese a que los que lo antecedieron sí lo habían hecho, e intentó hacer un recuento de los éxitos de su política exterior, principalmente de sus esfuerzos en favor de la integración latinoamericana, que era el tema de la conferencia.
Pero, pese a abordar sus políticas y gestión cuando fue presidente (2003-2010) para fortalecer el Mercosur, hundir el ALCA, crear la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), convertir a Brasil en referente mundial en la lucha contra la pobreza y liderar la integración regional, varias veces terminó citando la disputa electoral en Brasil y atacando a Bolsonaro.
"Cuando asumí el Gobierno percibí que Brasil nunca se había preocupado con Suramérica. La única vez que se preocupó fue en la Guerra del Paraguay, que casi pierde pese a haberse aliado a Argentina y Uruguay contra Paraguay. Desde entonces, las élites de este país ignoraron Suramérica", dijo.
Agregó que, en diciembre de 2002, cuando ya era presidente electo, decidió mostrar que su prioridad sería Latinoamérica y que por eso los dos primeros países que visitó fueron Argentina y Chile.
"Durante mi Gobierno visité todos los países de América Latina y conseguimos que Brasil pasara a ser referencia en el debate mundial y de la integración regional", dijo.
El líder progresista aseguró que la integración permitió que Brasil cuadruplicara su comercio con los países de la región, "que comenzaron a comprar productos industriales brasileños", hasta el punto de que la relación con Suramérica pasó a ser tan importante como con España o Francia.
Sobre Bolsonaro, afirmó que quiso apoderarse de la bandera de Brasil, pero que demostrará que "el verde y amarillo no es de ese fascista". Además, criticó que los militares, que deberían limitarse a defender el pueblo, se dediquen a adular al jefe de Estado.
Igualmente, instó a los brasileños a mostrar su indignación con un presidente que "trabaja poco y tan solo se dedica a provocar".
"Tenemos que comenzar a indignarnos. Brasil es el tercer mayor productor de alimentos y no es posible que tengamos que ver brasileños disputándose los huesos", dijo.
"Pero es mejor que Brasil se prepare porque vamos a volver, para garantizar los derechos de los trabajadores", advirtió.
Pese a las restricciones legales, los dirigentes que se pronunciaron antes de Lula le manifestaron su apoyo en las elecciones. "Queremos a Lula de nuevo presidente de Brasil. Queremos el regreso de la democracia a Brasil. Queremos que Lula nos vuelva a guiar y a ser referente", afirmó Samper.
“Lula es el líder regional que América Latina necesita y así se lo escribí a mi amigo Andrés López Obrador (presidente de México). Lula mantiene la inteligencia intacta, el corazón abierto y un espíritu brindado a su pueblo”, dijo el presidente argentino, Alberto Fernández, en un video transmitido en el acto.