“El avión presidencial se va a entregar a la empresa Olmeca Maya Mexica, la empresa que va a operar el Tren Maya y los aeropuertos de Tulum, Chetumal, Palenque y el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA)”, declaró el mandatario en su rueda de prensa matutina.
La aeronave, usada por el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), estará abierta al público en el AIFA, que se inauguró el 21 de marzo en la base militar área de Santa Lucía, al norte de Ciudad de México, donde se alquilará para bodas, cumpleaños y eventos corporativos.
"Se va a entregar el avión para que puedan rentarlo y que se utilice para que no esté sin volar y que pueda tener ingresos, su renta para pagar sus gastos y su mantenimiento”, detalló el mandatario.
López Obrador reconoció que no ha podido vender el aparato, que fue una de sus principales promesas desde que estaba en campaña.
Aunque el Boeing 787 lo adquirió el presidente Felipe Calderón (2006-2012) por un controvertido precio de 218,7 millones de dólares, la aeronave llegó a México en 2016 durante la presidencia de Peña Nieto.
El presidente, quien incluso intentó rifar el avión en la Lotería Nacional en 2020, alegó que es "muy lujoso" y "muy extravagante, por lo que su Gobierno no ha podido venderlo.
También afirmó que ha habido compradores interesados, pero que ofrecen menos de los 130 millones de dólares que vale el aparato, según una evaluación de las Naciones Unidas.
"Reconventirlo, volverlo avión comercial de 240 lugares, ya no es posible, costaría muchísimo, inclusive hasta técnicamente sería complicado por el material que tiene, entonces por eso ha costado venderlo, no se ha podido y tampoco queremos rematarlo", sostuvo el mandatario.
El presidente, quien promueve un estilo de vida austero como filosofía política, reiteró que "el Gobierno no lo puede usar" y que los funcionarios públicos lo tienen prohibido.
Por ello, ahora pasará a manos del Ejército, que administra el AIFA, la primera obra emblemática de López Obrador que se inauguró hace una semana en Zumpango, Estado de México, donde las obras aún no están concluidas y solo hay seis vuelos nacionales diarios, sin ninguna ruta internacional.
"El aeropuerto va avanzando en su utilidad, en su tráfico aéreo, están los vuelos programados, pero cada vez van a ser más los vuelos porque ya no se permite la saturación en el aeropuerto de la Ciudad de México", afirmó el mandatario.