En un comunicado, el presidente de la BDI, Siegfried Russwurm, señaló que "la industria alemana advierte a la comunidad de estados europea en la posterior gestión de las sanciones en contra de reacciones precipitadas con consecuencias incalculables".
"Apoyamos las medidas sancionadoras impuestas a Rusia por los aliados occidentales. Somos conscientes de que eventualmente deberá haber respuestas adicionales duras e inequívocas", agregó, y subrayó que la guerra de agresión rusa contra la democracia en Ucrania "está causando un sufrimiento inconcebible a la población ucraniana".
No obstante, advirtió de que "la UE no está preparada para un embargo energético general y a corto plazo" y "comprometería así económicamente y políticamente su unidad y su capacidad de acción", afirma.
"La falta de suministro de energía puede conllevar paros en la producción con consecuencias incalculables para cadenas de suministro, ocupación y también la capacidad de actuación política de nuestro país", agregó.
Un boicot al suministro de gas ruso supondría una dura prueba para la UE, indicó Russwurm, y recordó que la red europea de gas todavía no está diseñada para flujos de gas de oeste a este.
Así, no está claro si en el caso de una suspensión del suministro de gas ruso, el gas natural licuado que desembarca en Holanda o Bélgica llegará hasta República Checa o Eslovaquia, añadió.
"Un embargo de gas causaría interrupciones de la producción, pérdida de empleos y, en algunos casos, daños masivos en las instalaciones de producción", subrayó.
Europa debe hacerse cuanto antes menos dependiente del gas ruso, reconoció, pero esto no se logra de la noche a la mañana y "no existe ningún interruptor de un embargo energético que la UE pueda mover ahora", indicó.
Según el presidente de la BDI, lo que importa ahora es una política que los estados miembros deben abordar en estrecha coordinación con la Comisión y que consiste en que los responsables políticos firmen con rapidez nuevas alianzas energéticas y adquieran gas natural licuado de otros países, sobre todo de Estados Unidos.
Asimismo, es necesario ampliar la producción en Europa y desbloquear todos los obstáculos en el desarrollo de las energías renovables, desde los largos años de procedimientos de planificación y aprobación hasta la lenta expansión de las redes, indicó.