Este nuevo vehículo de transporte de fármacos al interior de la célula rompe el dogma “anfifílico” establecido hasta ahora y abre un nuevo camino en el campo de la investigación, que podría favorecer la eficacia de los medicamentos.
El equipo de investigadores esta formado por científicos del Centro Singular de Investigación en Química Biolóxica y Materiais Moleculares (CiQUS), de la Universidad de Santiago de Compostela (noroeste de España), y la Jacobs University (Alemania).
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Según el CiQUS, esta nueva clase de vehículos moleculares son “clústeres de boro con forma esférica, carga negativa y una excelente solubilidad en el agua”.
La clave, destacan los investigadores, reside en su “naturaleza supercaotrópica”, una propiedad que les permite “desordenar las moléculas de agua y deshidratar así la carga que transportan” para poder atravesar la membrana hidrófoba.
Clústeres de boro
El grupo que dirige el profesor Werner Nau (Jacobs University) estudia el comportamiento de los clústeres de boro en modelos de membranas basados en vesículas artificiales.
Los clústeres de boro sustituidos con grupos de bromo presentaron un equilibrio caotrópico idóneo para conseguir transportar sustancias a través de la membrana sin causarle daños. Estos compuestos interactúan con las moléculas a transportar de una manera totalmente novedosa, sin necesidad de agregarse con ella o tener que encapsularla.
“Los nuevos vehículos tienen unas propiedades de transporte muy particulares” comenta Andrea Barba-Bon, investigadora del equipo alemán y primera coautora del estudio.
Barba-Bon apunta, además, que “a diferencia de los tradicionales compuestos anfifílicos, el orden en que se añaden los clústers y las moléculas que queremos transportar a las vesículas, o incluso el tipo de membrana, tienen un efecto mínimo sobre su efectividad”.
Esqueleto intracelular
Los investigadores del CiQUS consiguieron llevar diferentes cargos hidrofílicos al interior de las células, incluyendo la faloidina -una molécula empleada habitualmente como marcador bioquímico del citoesqueleto- hasta el citosol en el interior de las células, y teñir de este modo el esqueleto intracelular de distintos tipos de células.
“Hemos identificado una clase completamente nueva de vehículos que podrían ser utilizados para llevar distintos fármacos al interior de las células.
Los aniones supercaotrópicos son una nueva herramienta, totalmente diferente a las que había hasta la fecha, para poder internalizar sustancias hidrófilas en la célula cuyo potencial recién se acaba de empezar a explorar” explica Guilia Salluce, doctorando en el grupo del profesor de la USC Javier Montenegro, que figura también como primera coautora del estudio.