El órgano principal de la catedral, situado bajo el rosetón oeste, tras la fachada delantera y construido a partir de 1733, se salvó de las llamas pero sufrió las altas temperaturas por el fuego y la contaminación del plomo, por lo que necesita una restauración en profundidad.
El desmontaje de sus principales elementos se produjo de agosto a diciembre de 2020 y el proceso de restauración y revisión se está efectuando en sendos talleres de Hérault y Corrèze, en el sureste y el centro de Francia.
"Esta etapa importante marca el inicio de la restauración del gran órgano, que le permitirá resonar en la catedral cuando esta reabra al culto y a la visita en 2024", señaló el comunicado, según el cual ese trabajo no se podía hacer dentro del templo.