Según informó el Gobierno argentino a través de Twitter, Fernández mantuvo una "constructiva" conversación con Georgieva en la que ambos "reafirmaron la importancia" del nuevo programa de facilidades extendidas que permitirá a Argentina refinanciar deudas con el organismo por unos 45.000 millones de dólares.
El nuevo acuerdo, alcanzado este mes entre el Gobierno de Fernández y el "staff" del Fondo tras negociaciones abiertas en 2020 y que ya recibió el aval del Parlamento argentino, solo entrará en vigencia una vez aprobado por el directorio del FMI, que se reunirá el viernes para tratarlo.
Según informó el Ejecutivo argentino, Fernández enfatizó en el diálogo con Georgieva el "firme y decidido compromiso con el cumplimiento de los objetivos" del nuevo programa para lograr que Argentina "apuntale la recuperación económica en curso y fortalezca las condiciones para reducir la inflación de modo sostenible".
"En este sentido, el presidente remarcó que los objetivos del programa son los del Gobierno", indicó la Casa Rosada en un comunicado.
"AMPLIO APOYO"
El nuevo entendimiento fue aprobado por las dos cámaras del Parlamento argentino gracias al apoyo de Juntos por el Cambio, el principal frente opositor de Argentina, ya que el oficialismo votó dividido debido a que el sector que responde a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, ha expresado su rechazo al acuerdo al alegar que implicará un fuerte ajuste económico.
Con todo, en su conversación de este martes con Georgieva, Alberto Fernández remarcó que el programa ha recibido un "amplio apoyo parlamentario y de sectores sociales, académicos, gremiales y sindicales".
"El acuerdo permitirá un camino responsable y transitable para nuestro país con mayor previsibilidad, certezas y visión de futuro, en un contexto internacional que presenta profundos desafíos debido al escenario bélico. Y reafirma el compromiso absoluto de la Argentina de no postergar su crecimiento económico con justicia social", indica el comunicado.
El nuevo programa prevé desembolsos totales por unos 45.000 millones de dólares para que Argentina pueda afrontar los pesados vencimientos con el propio organismo entre este año y 2024 derivados del acuerdo "stand by" firmado en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
Entre sus principales objetivos, el nuevo programa busca atacar la persistente alta inflación de Argentina (50,9 % en 2021) a través de una estrategia múltiple que implica una reducción de la financiación monetaria del déficit fiscal y un nuevo marco de política monetaria, con tipos de interés reales positivos para apoyar la financiación al Tesoro a través del mercado doméstico.
Establece además una reducción gradual del déficit fiscal primario, desde el equivalente al 3 % del producto interno bruto (PIB) en 2021, al 2,5 % este año, el 1,9 % en 2023 y el 0,9 % en 2024, una meta que obligará a Argentina a reducir los subsidios energéticos y aumentar la recaudación impositiva, entre otras medidas.