El Parlamento sueco aprobó hace unas semanas un histórico envío de armas a Ucrania, algo que no ocurría desde la invasión soviética de Finlandia en 1939 y que rompía con la tradición de neutralidad de Suecia, aliado pero no miembro de la OTAN, de no mandar armamento a países en conflicto.
"No excluyo más envíos de armas", declaró este miércoles en rueda de prensa Andersson.
Andersson aludió al ejemplo de 1939 y resaltó que Suecia dio entonces a Finlandia un "amplio" apoyo, armas incluidas, por lo que considera "correcto y razonable" que ahora pueda ocurrir lo mismo.
Atendiendo a una petición de Kiev, Suecia mandó 5.000 lanzacohetes y equipamiento por casi 38 millones de euros a principios de mes.
Un hipotético nuevo envío podría incluir cohetes antitanques y antiaéreos, así como minas, según la televisión pública sueca SVT.
El Gobierno sueco anunció recientemente su intención de aumentar el gasto militar anual hasta el 2 % del Producto Interior Bruto lo más rápido posible y de incorporar a más jóvenes al servicio militar, restablecido en 2017.
Desde la adhesión de Crimea por Rusia en 2014 y la detección de un supuesto submarino extranjero en Estocolmo, episodio nunca aclarado, Suecia ha adoptado varias medidas como desplazar tropas en el Báltico o aumentar hasta tres veces el presupuesto de Defensa, pero descarta de momento modificar su relación con la OTAN.
"Si Suecia eligiera enviar una solicitud, eso desestabilizaría aún más esta parte de Europa y aumentaría las tensiones. Suecia contribuiría así a desestabilizar la situación", dijo hace una semana Andersson.