Las autoridades de Shenzhen anunciaron el domingo el nuevo confinamiento, cuando aparecieron en la ciudad brotes relacionados con la vecina Hong Kong, donde el virus está causando estragos.
Video:
El gigante taiwanés de la electrónica Foxconn, principal proveedor de Apple, anunció el lunes que suspendía sus operaciones en Shenzhen porque el confinamiento afectaba al funcionamiento de sus fábricas.
Foxconn, que emplea a decenas de miles de trabajadores en la ciudad, dijo que había trasladado la producción a otros centros.
Lea más: La tecnológica taiwanesa Foxconn paraliza fábricas en Shenzhen ante rebrotes
Shenzhen es una de las diez ciudades de China que se encuentran actualmente confinadas.
Las autoridades sanitarias han advertido que podrían tomarse medidas aún más estrictas pese a que la política de “cero covid” de Pekín parece estar generando cansancio en la población, en particular ante la variante ómciron, con menos casos graves.
Las autoridades contabilizaron el lunes 2.300 nuevos casos en todo el país. El día anterior se habían notificado casi 3.400, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.
“Ha habido muchos pequeños brotes en barrios y fábricas” , dijo Huang Qiang, un funcionario de las autoridades locales en Shenzhen el lunes. “Esto sugiere que hay un alto riesgo de propagación entre la población y que aún se necesitan más medidas de precaución” .
“Aguantar”
Las fotos compartidas con la AFP por un residente de Shenzhen mostraban la entrada de un complejo residencial, bloqueada por grandes barreras.
Las compañías tecnológicas cayeron el lunes en la bolsa de Hong Kong por la preocupación sobre el impacto de la propagación del virus en Shenzhen, sede de los gigantes tecnológicos Huawei y Tencent, así como de la mayor fábrica de Foxconn.
En Shanghái, la metrópolis más poblada de China, se confinaron zonas residenciales y las autoridades están haciendo todo lo posible para evitar un confinamiento general.
Hasta ahora, China ha conseguido controlar los brotes esporádicos mediante confinamientos locales, test masivos y el control de su población con aplicaciones de seguimiento. Las fronteras del país permanecen prácticamente cerradas.
Pero la aparición de la variante ómicron pone en duda este enfoque drástico, en un momento en que la mayoría de los demás países han optado por convivir con el virus.
El virólogo Zhang Wenhong afirmó que China no podía relajar aún su política de “cero cóvid” a pesar de la baja tasa de mortalidad de ómciron.