Los residentes de Shenzhen, uno de los principales polos tecnológicos del país y sede de empresas como Huawei y Tencent, deberán someterse a tres pruebas de ácido nucleico en un intento por frenar la curva de casos.
Las autoridades de la ciudad, que notificaron más de 60 nuevos casos el sábado y más de 300 en total durante el último mes, aseguraron que el confinamiento se extenderá desde mañana lunes hasta el próximo día 20, tiempo durante el cual sólo se permitirán "tareas esenciales" como las relacionadas con el suministro de agua y electricidad.
Quienes no trabajen en este tipo de sectores deberán hacerlo desde casa, y deberán también cerrar las tiendas comerciales a excepción de supermercados, farmacias e instituciones médicas.
El transporte en Shenzhen, vecina de Hong Kong, que también ha visto un dramático aumento de casos en el último mes, se mantendrá "a un nivel básico" para que la ciudad se mantenga abastecida.
Los edificios residenciales permanecerán en cuarentena, y los habitantes solo podrán salir sin permiso expreso, agrega el texto.
La última oleada de covid ha hecho levantar las alarmas en China y afecta también a la metrópoli de Shanghái, cuyas autoridades pidieron hoy a los residentes que no salgan de la ciudad si no es estrictamente necesario.
China se enfrenta a una nueva oleada de casos relacionados con la contagiosa variante ómicron del coronavirus: en el último recuento publicado hoy, el sábado se detectaron 1.938 nuevos positivos y otros 1.455 casos asintomáticos, ya que Pekín no los computa como casos confirmados a menos que manifiesten síntomas.
El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 5.461, seis de los cuales se encuentran graves, según el último recuento de las autoridades sanitarias publicado hoy.
La mayoría de los casos de esta última oleada se han registrado en la provincia de Jilin, en el noreste del país, con 1.412 positivos contabilizados hoy. Su capital provincial, Changchun, de nueve millones de residentes, está completamente confinada.
La viceprimera ministra china Sun Chunlan, al frente de las tareas de prevención contra la covid del país, calificó la oleada de “grave y complicada”, e instó a las autoridades sanitarias locales a que hagan todo lo posible para controlar la transmisión del virus.