"Mientras la atención global está fijada en Ucrania, un emergencia alimentaria oculta se cierne sobre Sudán del Sur, donde unos 8,3 millones de personas, incluidos refugiados, se enfrentarán al hambre extrema en los próximos meses", indicó el organismo en un comunicado.
Esto, según el PMA, es consecuencia del conflicto armado en el país, el impacto del cambio climático, la covid-19 y el incremento de los precios de los alimentos, y que están particularmente en riesgo las "decenas de miles de personas que padecen hambre" y que podrían morir de inanición si no reciben asistencia alimentaria.
El PMA, que el año pasado asistió a 5,9 millones de personas en Sudán del Sur, país creado hace una década tras su secesión de Sudán, advirtió además que enfrenta un déficit de 526 millones de dólares para responder a esta emergencia en los próximos seis meses.
"Dada la magnitud de esta crisis, nuestros recursos solamente nos permiten asistir a algunos de los más necesitados con el sustento mínimo para sobrevivir", manifestó el responsable del PMA en el país, Adeyinka Badejo, según la nota.
Sobre las causas de esta crisis, el PMA explicó que "el impacto de la crisis climática y el conflicto interno han provocado desplazamientos a gran escala, pérdida de medios de subsistencia, destrucción de tierra cultivable y cultivos así como un aumento de los precios".
"La extensión y profundidad de la crisis son inquietantes. Estamos viendo a gente por todo el país que han agotado cualquier opción disponible para cuadrar sus cuentas y ya no les queda nada", agregó Badejo.