El proyecto fue aprobado en la Cámara Baja por 202 votos a favor, 37 en contra y 13 abstenciones, al cabo de una sesión maratoniana que se inicio a primera hora de la tarde del jueves y culminó en la madrugada de este viernes.
La iniciativa contó con el acompañamiento mayoritario del bloque de Juntos por el Cambio, la mayor coalición opositora de Argentina, y buena parte del oficialista Frente de Todos, ya que el sector más duro del kirchnerismo alineado con la vicepresidenta argentina y titular del Senado, Cristina Fernández, votó en contra del acuerdo con el FMI.
En el oficialismo 28 diputados votaron en contra y 13 se abstuvieron.
En tanto, la izquierda rechazó el nuevo pacto bajo el argumento de que el nuevo programa de facilidades extendidas supondrá un "ajuste" que recaerá en la clase trabajadora, mientras que los libertarios también votaron en contra, alegando que, para cumplir con los compromisos de reducción del déficit fiscal, se castigará al sector privado con mayores impuestos.
Tanto los diputados alineados con el presidente Alberto Fernández como los de Juntos por el Cambio que apoyaron el proyecto cuestionaron las políticas que deberán aplicarse a partir del acuerdo, pero coincidieron en que el país quedaría en una situación mucho peor si, por la falta de un acuerdo con el Fondo, cae en cese de pagos.
El presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, el oficialista Carlos Heller, dijo que el Gobierno de Alberto Fernández, "por sus principios, jamás hubiera recurrido al FMI, sino que recibió una auténtica bomba de tiempo y debió sentarse a negociar".
"Éste es un programa del FMI, que tiene toda la vocación de generar condicionamientos que no nos gustan y hemos trabajado para eliminarlos en su máxima expresión: algunas cosas no se pueden porque están en los procedimientos, pero no podemos mirar para otro lado", sostuvo.
VOTAR PARA EVITAR EL CESE DE PAGOS
Para lograr habilitar el debate en la Cámara de Diputados, el Gobierno tuvo que ceder ante la exigencia de Juntos por el Cambio de excluir del proyecto de ley inicial todo aquello referente a las políticas económicas y las metas comprometidas con el "staff" del FMI.
Así, la iniciativa sólo autoriza al Ejecutivo a realizar operaciones de crédito con el FMI para poder afrontar los pesados vencimientos con el Fondo entre este año y 2024 derivados del acuerdo "stand by" firmado en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
"Nos preguntamos por qué votamos esta ley si sabemos que el plan es malo, es pésimo e incumplible. Porque sostenemos lo que hemos dicho: Argentina tiene que honrar sus deudas. Vamos a votar para que este país no entre en default", dijo en el pleno la diputada opositora Paula Omodeo.
El nuevo programa incluye, entre otros aspectos, una reducción gradual del déficit fiscal primario por la vía, entre otras, de recortes a los subsidios energéticos y aumentos tarifarios al consumo de gas y electricidad.
Para entrar en vigencia, el acuerdo negociado desde 2020 debe ser primero aprobado por las dos cámaras del Congreso argentino y luego por el directorio del Fondo, un proceso que se da a toda marcha debido al inminente riesgo de cese de pagos de Argentina.
El Gobierno espera contar con una aprobación definitiva del nuevo programa de facilidades extendidas y con un primer desembolso por parte del FMI antes del próximo día 22, cuando Argentina debería afrontar un pesado vencimiento con el organismo.