“A finales de 2020 y a lo largo de 2021, las autoridades europeas se incautaron de cantidades sin precedentes de drogas que llegaban en contenedores enviados desde puertos de América del Sur”, indica el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
A África también han llegado cantidades récord de cocaína procedentes de América del Sur, que son almacenadas para dirigirlas después al mercado europeo y a otros países vecinos.
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Aunque no se ofrece una cifra total de estos decomisos, se recuerda que se han producido intervenciones de cantidades nunca vistas antes. Así, en febrero de 2021 la policía alemana decomisó 16 toneladas de cocaína en el puerto de Hamburgo, el mayor alijo de esta droga intervenido nunca en Europa en una sola operación.
La vía marítima directa con grandes contenedores es la preferida por los narcos desde puertos de países como Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Panamá, entre otros.
Cocaína a través de Paraguay
Pero es Brasil el que parece ser el principal punto de partida de la cocaína hacia Europa.
“Los grupos delictivos organizados se han centrado en Brasil para el transbordo de cocaína con destino a Europa, en lugar de utilizar las rutas habituales del Pacífico y el Caribe”, indica la JIFE.
El informe señala también que “Venezuela se ha convertido en un punto estratégico cada vez más importante para el tráfico internacional de cocaína”.
Dentro de Suramérica, el sistema fluvial Paraguay-Paraná, formado por 3.400 kilómetros ininterrumpidos de ríos que conectan Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay con el océano Atlántico, ha ganado también relevancia para el tráfico de drogas.
Según la JIFE, esta vía fluvial “parece haberse consolidado como puerta de entrada para el transporte de la cocaína fabricada en Bolivia y Perú a los mercados internacionales de cocaína a través de puertos del Brasil y Paraguay”.
Cocaína cambió su tránsito
Este cambio en el tránsito de drogas supone un reto para las autoridades, que hasta ahora estaban acostumbradas al uso de rutas aéreas y terrestres desde Bolivia.
Otra novedad que señala la JIFE en el subcontinente es el aumento del uso de internet, especialmente de la web oscura y las redes sociales, para vender drogas, que después se distribuyen mediante servicios de mensajería.
El informe, recopilando datos ya publicados por la ONU, recordó que el cultivo de hoja de coca cayó en Colombia pero aumentó en Perú y Bolivia.
Colombia, Bolivia y Perú
En Colombia los plantíos de coca descendieron desde las 154.000 hectáreas en 2019 hasta 143.000 en 2020, mientras que en Bolivia en el mismo periodos aumentaron de 25.500 a 29.400 hectáreas. En Perú también se registró un aumento hasta las 61.777 hectáreas de 2021.
Por último, el informe señala su preocupación por un aumento en Suramérica del consumo de drogas estimulantes como el éxtasis y también de las denominadas nuevas sustancias psicoactivas.
Entre 2015 y 2019 Brasil, Chile y Argentina registraron cifras récord de incautaciones de éxtasis y estimulantes sintéticos parecidos y, para la JIFE, resulta especialmente preocupante que su consumo sea popular entre estudiantes de secundaria y universitarios.