La ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, explicó en un comunicado que ha “reforzado la prohibición actual” sobre aeronaves rusas, a través de una nueva legislación que tipifica como “delito penal” que “vuelen o aterricen” en este país.
La prohibición incluye a "cualquier avión" de "propiedad, operada o fletada" por personas vinculadas a Rusia o por "individuos o entidades designadas".
"La nueva legislación permitirá al Gobierno retirar del registro aéreo del Reino Unido aeronaves que pertenezcan a individuos y entidades rusas designadas", agregó la nota.
Según Truss, las sanciones adicionales al comercio anunciadas hoy impedirán que el Reino Unido exporte a Rusia "productos de aviación o aeroespaciales y tecnología", incluidos los "servicios relacionados con aseguradoras y reaseguradoras".
"Prohibir la entrada de aviones de bandera rusa en el Reino Unido y convertir en un delito penal sus vuelos infligirá más daño económico a Rusia y a las personas cercanas al Kremlin", aseguró la jefa de la diplomacia británica.
Truss aseguró que Londres "seguirá apoyando a Ucrania" de manera "diplomática, económica y defensiva" ante la "invasión ilegal de Putin", al tiempo que "trabajará para aislar" a Moscú "en la escena internacional".
Por su parte, el ministro británico de Transporte, Grant Shapps, subrayó en la nota que la agresión militar lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin, contra Ucrania "debe fracasar".
“Siempre trabajaremos para impedir que Putin y sus compinches vivan con normalidad mientras ucranianos inocentes sufren”, concluyó Shapps.