El país informó hoy por tercer día consecutivo de al menos 300 nuevos casos de covid en su parte continental, una cifra ínfima en comparación a la que se da en otros países y teniendo en cuenta que la población china es de 1.411 millones de habitantes, pero inédita en el gigante asiático desde la primera mitad de 2020.
En la China continental se han administrado 3.160 millones de dosis de vacunas contra la covid-19, suficientes para que la totalidad de la población vacunable haya recibido dos dosis, según cifras oficiales.
Uno de los lugares más afectados es la provincia meridional de Cantón, fronteriza con la región semiautónoma de Hong Kong, inmersa en una quinta ola que ya deja más de 1.000 muertos desde el 25 de febrero.
FRONTERA POROSA
La ciudad de Shenzhen ha sido escenario de uno de los rebrotes a mayor escala. En ello ha influido su cercanía a Hong Kong, debido a que "algunas personas cruzan la frontera ilegalmente" y a "los muchos camioneros que viajan entre Hong Kong y Cantón", según el líder de los expertos que dirigen la lucha antipandémica en Shenzhen, Lu Hongzhou, citado en medios locales.
Shenzhen reaccionó endureciendo las reglas para los viajeros procedentes de Hong Kong, cancelando clases y exigiendo una PCR negativa para acceder al metro, entre otras medidas.
Ante el aumento de casos, numerosos vecindarios han permanecido confinados: "Este lunes liberaron mi complejo residencial tras un período en el que no teníamos permitido salir y debíamos someternos a test diarios", explicó a Efe Jana Rodríguez Hertz, una residente uruguaya de Shenzhen que ya lleva 8 días sometiéndose a una PCR cada jornada.
El distrito de Shekou, donde vive Rodríguez Hertz, continúa con restricciones. "Hasta la semana pasada, habían cerrado todos los restaurantes y grandes superficies y, desde el pasado domingo, ya se permite a los restaurantes servir comida solo para llevar", señaló.
Según las cifras oficiales, existen 320 casos activos en la ciudad de Shenzhen, de 12,5 millones de habitantes, que se han visto sometidos a "medidas completamente desproporcionadas", según esta residente, que atribuyó esta "sobre-reacción" al celo de las autoridades para evitar "cualquier error humano que llevase a una cadena de contagios".
Tras más de dos años de pandemia, la residente uruguaya destacó el desgaste de la población, "sobre todo entre la comunidad extranjera" y en algunos ciudadanos chinos "molestos cuando las autoridades se pasan de la raya", aunque precisó haber visto también a familias "contentas porque algunos padres tenían tiempo de estar con sus hijos".
LOS ASINTOMÁTICOS DIFICULTAN EL RASTREO
El relativamente alto número de contagiados asintomáticos, que se cuentan aparte en los informes oficiales y que se hallan por encima de 300 diarios desde el pasado domingo, complica las habituales labores de rastreo, parte indispensable de la estrategia china según la cual los infectados y sus contactos cercanos han de permanecer aislados y bajo observación.
En la ciudad oriental de Qingdao, donde más de 8.000 personas se hallan en centros de cuarentena y más de 65.000 en vecindarios "confinados o vigilados", la mayoría de infectados "son asintomáticos por haber contraído la variante ómicron, que causa síntomas más leves", explicaron las autoridades locales, que no aclararon el origen del rebrote.
En Shanghái, que acumula 595 casos activos -el 12 % de todos los casos registrados en toda la pandemia en la urbe-, también se han decretado confinamientos de vecindarios y oficinas y campañas masivas de PCR que ya han testado a más de 150.000 personas, habiendo descubierto este lunes 51 casos asintomáticos.
POSIBLE AJUSTE DE CERO COVID
Después de que otros países que aplicaban una política de tolerancia cero contra el coronavirus como Australia o Singapur relajasen su táctica, China es el único país que permanece aferrado a la llamada "estrategia dinámica de cero covid", aunque cada vez más expertos del país asiático subrayen el adjetivo "dinámico".
El epidemiólogo Zhang Wenhong, uno de los expertos más reconocidos en el país, sostuvo este lunes que China está entrando en una "fase difícil y decisiva", en la que "diferentes localidades tendrán diferentes escalas de control" acorde a sus "condiciones locales" y haciendo hincapié en la connotación de "dinámico", rechazando así "un enfoque único" para situaciones diversas.
En febrero, Zhang ya habló de "la cancelación de la cuarentena para viajes internacionales en ciertas circunstancias", para superar "el desequilibrio" de las diferentes estrategias de prevención de cada país.
Las fronteras chinas permanecen cerradas a visitantes extranjeros no residentes y todos los que aterrizan en China han de pasar una estricta cuarentena de al menos 14 días en un hotel.
Por su parte, el epidemiólogo Zeng Guang, exjefe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, pese a que aseguró recientemente que China "no tiene prisa en abrir sus fronteras", anunció que "las restricciones no durarán para siempre" y que China "presentará su hoja de ruta para coexistir con el virus en un momento adecuado".
Asimismo, la portavoz y ministra asistente de Exteriores de China, Hua Chunying, explicó este lunes en su cuenta de Twitter que el país "desarrollará este año un plan para facilitar viajes internacionales seguros y convenientes".
Según las cuentas oficiales, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 111.520 personas en el país, entre las que 102.832 han logrado sanar y 4.636 fallecieron.