Durante la llamada telefónica entre los dos mandatarios, que se prolongó durante una hora y tres cuartos, Putin se mostró inflexible en sus exigencias para que Kiev se pliegue en esos cuatro puntos porque tiene intención de “obtener todos sus objetivos con la negociación o con la guerra”.
Esas cuatro exigencias son lo que Moscú llama la “desnazificación” de Ucrania; su desmilitarización, es decir la renuncia a integrar la OTAN y a disponer de un Ejército; el reconocimiento de la independencia de Crimea; y el reconocimiento de la independencia del Donbás, en el este del país.
Macron le reiteró sus “preocupaciones y exigencias en el terreno humanitario y político” para que ponga fin a la invasión de Ucrania. Se trata de obtener corredores humanitarios y las condiciones para una negociación a la que -señaló la presidencia francesa- las autoridades ucranianas se han mostrado dispuestas a participar.
A su parecer, el presidente Putin tiene que evaluar el impacto que tendrá para su país continuar la guerra y no respetar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
Si se decanta por esa opción, la contienda "tendrá un costo" para Ucrania, pero también "para Rusia y para el pueblo ruso". Se trata, siempre de acuerdo con el Elíseo, de "hacer más caro el costo para Putin, hasta que la situación cambie".
De hecho, Francia y sus socios europeos y occidentales están trabajando en un nuevo tren de sanciones y una de las que ha barajado Blinken es imponer una forma de embargo sobre los hidrocarburos rusos.
Para los europeos, la cuestión es más sensible dado el fuerte grado de dependencia, sobre todo del gas ruso, que supone cerca del 40 % del consumo total, y un porcentaje superior para algunos países del centro y del este.
El Elíseo dijo que Francia no teme ahora problemas de aprovisionamiento y se está estudiando con el resto de los socios europeos lo que se podría hacer en asociación con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que el jueves presentó un catálogo de diez medidas para reducir en un tercio la dependencia del gas ruso en el plazo de un año.
Macron tenía previsto hablar esta misma tarde con Zelenski, y con el primer ministro israelí, Naftalí Benet, que este sábado se reunió con Putin en Moscú, y con el que había mantenido una conversación telefónica antes de salir para la capital rusa.
La actividad diplomática de Macron va a continuar siendo muy intensa en los próximos días por teléfono, pero también con encuentros en persona.
El martes está previsto que acuda a París el secretario de Estado estadounidense, y el jueves y el viernes el presidente francés será el anfitrión en Versalles de una cumbre informal de la Unión Europea.