Las manifestaciones coincidieron con el decimo día de conflicto armado y el anuncio de un alto el fuego temporal para la apertura de corredores humanitarios que permitan la evacuación de la población civil en las ciudades de Mariúpol y Volnovaja, en el este de Ucrania -aplazada luego indefinidamente por la reanudación de los combates-, y con la decisión de importantes medios de comunicación internacionales, entre ellos la Agencia Efe, de cesar temporalmente su producción informativa en Rusia por la amenaza que supone para sus periodistas la reforma del código penal recién aprobada en Moscú.
Una de las protestas más multitudinarias fue la que se celebró en Zagreb, capital de Croacia -país miembro de la UE y de la OTAN- y en la que participó el embajador del país invadido, Vasilj Kirilic, quien destacó, dirigiéndose a los manifestantes con un discurso por el que fue ovacionado, que "esto no es guerra, es genocidio".
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Organizada por Comité Helsinki Croata (HHO) de derechos humanos, la convocatoria se convirtió en un acto de solidaridad con el pueblo ucraniano y de protesta por la invasión, en el que los asistentes exhibieron banderas ucranianas y pancartas con lemas contra la guerra y de apoyo a Ucrania, como "Parad la agresión rusa" o "Ayudad a Ucrania".
El presidente de HHO, Ivan Zvonimir Cicak, dijo, dirigiéndose al jefe del estado ucraniano, Volodímir) Zelenski, que "el pueblo croata está con vosotros, que defendéis los principios más sagrados del mundo y de Europa" y aseguró que en Ucrania se defienden hoy los principales valores de la civilización humana y que se sostiene una guerra contra los derechos humanos y entre el bien y el mal.
Otra de las protestas más concurridas se desarrolló en Letonia, donde más de 30.000 personas se manifestaron en su capital, Riga, para condenar la devastadora invasión.
El acto de repulsa de Riga, el más multitudinario de los celebrados en años, se inició en las inmediaciones del monumento a la Libertad y terminó en la embajada de Ucrania y en él se corearon consignas de apoyo a Ucrania, entre carteles que pedían juzgar al presidente ruso, Vladimir Putin, como criminal de guerra, en letón, inglés y ruso.
En Roma se movilizaron decenas de miles de personas, convocadas por la Red Italiana para la Paz y el Desarme, en una marcha nacional que llenó el centro de la capital de banderas con los colores del arco iris para pedir el final de la guerra y el diálogo como único medio para lograrlo.
Unos 20.000 manifestantes, según la policía, y 50.000, según los organizadores, se congregaron en la Plaza de San Giovanni, escenario emblemático de las protestas en Roma, después de que la marcha, encabezada por una gran bandera multicolor, recorriese varias kilómetros por el centro romano con el lema "Parad la guerra. Por una Europa de la paz".
La manifestación italiana contó la participación de numerosas organizaciones estatales de la sociedad civil, entre ellas el mayor sindicato del país, la CGIL, cuyo secretario general, Maurizio Landini, pidió la intervención de la ONU en las negociaciones para detener el conflicto.
En Zúrich, principal ciudad de la Confederación Helvética, se manifestaron más de 40.000 personas, además de otras tantas que salieron a las calles de Berna, Ginebra y San Galo, principalmente.
Bajo el lema el lema "Paz ahora", en las manifestaciones suizas destacaron las invocaciones a un cese inmediato de las hostilidades, al retiro de las tropas rusas y a la celebración de negociaciones diplomáticas que hagan posible detener los ataques.
En Londres, cientos de personas se congregaron en la céntrica plaza de Trafalgar para protestar por la invasión rusa de Ucrania y exigir el fin de la guerra, muchas de ellas de origen ucraniano residentes en el Reino Unido, que durante la protesta entonaron el himno nacional de su país y corearon lemas como: "Detened a Putin, detened la guerra".
Otro acto de gran simbolismo contra la guerra fue protagonizado en la capital francesa por la diseñadora ucraniana Lili Litkovskaya, quien se instaló en el salón de moda de París Tranoi con una bandera azul y amarilla como reclamo para que otros diseñadores se movilicen en redes sociales y en las manifestaciones a favor de su país, asediado por Rusia.
Mientras tanto, en Rumanía continuaron entrando, por la frontera de Siret, miles de ucranianos que huyen de la invasión rusa y buscan acogida en el vecino país, donde se ha desatado una ola de solidaridad y se teme que la situación empeorará los próximos días.
El presidente rumano, Klaus Iohannis, advirtió hoy, durante una visita a esta zona fronteriza, que la situación humanitaria va a empeorar en los próximos días, y prometió que no se cerrará la puerta a los ucranianos, pero avisó también de que "hará falta mucha ayuda aquí, pero también en Ucrania".
En este sábado se anunció que la tercera ronda de negociaciones ruso-ucranianas para buscar un cese de hostilidades tendrá lugar el próximo lunes, 7 de marzo, en la frontera polaco-bielorrusa,informó un miembro de la delegación ucraniana.
Asimismo, Estados Unidos volvió a pedir a sus ciudadanos que abandonen Rusia inmediatamente debido a la posibilidad de sufrir “hostigamiento” por parte de las fuerzas de seguridad rusas, en un momento de escalada en las tensiones entre Washington y Moscú por la guerra en el este europeo.