De Roma (centro) a Milán (norte), pasando por Catania (sur), sin olvidar el Vaticano, son numerosas las vigilias que se han celebrado para rezar por el pueblo ucraniano, en una respuesta masiva al llamamiento de Francisco al que también se han sumado, entre otros, 270 parlamentarios italianos y decenas de presos de diversas cárceles del país.
Este miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, ha sido la fecha elegida por el pontífice para pedir que la oración y el ayuno sean una súplica por la paz en Ucrania: "un día para estar cerca del sufrimiento del pueblo ucraniano, para sentir que todos somos hermanos y para implorar a Dios el fin de la guerra", imploró el papa.
En la plaza de San Pedro del Vaticano, algunos cientos de personas se reunieron para invocar la paz, convocados por la Asociación de Guías y Scouts Católicos de Italia (AGESCI), con el deseo de "ayudar al pueblo ucraniano, uniéndonos a todos los 'creyentes y no creyentes' en este momento, oponiéndonos a la violencia de las armas con la fuerza suave de la oración".
En la plaza de Santa María, en el barrio romano del Trastevere, la Comunidad de San Egidio lanzó una "súplica por la paz en Ucrania", en conexión streaming con todos los países en los que está presente en el mundo: "No podemos resignarnos a que la guerra sea la última palabra, sino que debemos hacer un llamamiento incesante a la paz", aseguró la Comunidad.
También Milán fue escenario de una jornada de plegaria, con una procesión multitudinaria de antorchas de luz organizada por la Casa della Carita y la Parrocchia di Gesu, en la que participaron muchos jóvenes junto a las principales autoridades religiosas de la ciudad.
Esta imagen que se repitió en otras muchas ciudades como Florencia, Bolonia, Asís, Perugia, L'Acquila, Módena, Bolzano y Catania, además de en muchas parroquias por todo el país.
Además, algunos colectivos tan distintos como los parlamentarios y los presos quisieron también unirse a la petición de paz lanzada por Francisco.
Más de 270 parlamentarios de todas las tendencias políticas se sumaron al llamamiento a la oración y al ayuno por la paz lanzado en el claustro de la Iglesia de San Gregorio Nacianceno, en el complejo de la Cámara de Diputados, mientras que las cárceles italianas también han querido participar a tenor de la carta enviada a todos los centros por el inspector de capellanes de las prisiones del país, Raffaelle Grimaldi.