“Durante la noche las Fuerzas Armadas de Rusia utilizaron armas de alta precisión contra la infraestructura militar de Ucrania, que destruyeron con misiles de crucero terrestres y navales”, informó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashenkov, al especificar que se trató de 821 instalaciones.
"Entre ellas 14 aeródromos militares, 19 puestos de control y comunicaciones, 24 sistemas de misiles antiaéreos S-300 y Osa, 48 estaciones de radares", dijo.
Además, informó sobre el derribo de siete aviones, siete helicópteros y nueve drones ucranianos, y la aniquilación de ocho lanchas de combate.
"Aniquilamos 87 tanques y vehículos blindados, 28 lanzaderas múltiples y 118 vehículos y equipos militares", añadió.
Según Konashenkov, las fuerzas rusas tomaron la ciudad de Melitópol, ubicada en el sur de Ucrania, donde "toman todas las medidas para garantizar la seguridad de la población civil y evitar provocaciones de los servicios de inteligencia ucranianos y los nacionalistas".
En particular, acusó a estos últimos de aplicar la estrategia de "tierra arrasada" y destruir en su retirada subestaciones eléctricas y puentes.
El portavoz de Defensa destacó el avance de las milicias separatistas de Lugansk y Donetsk, que cuentan con el apoyo militar ruso.
Según Konashenkov, los milicianos de la autoproclamada república de Lugansk han avanzado 30 kilómetros desde el inicio de la operación rusa y controlan los pueblos de Bajmútovka y Grechishkino, mientras que las milicias de Donetsk avanzaron seis kilómetros en dirección al pueblo de Novomáyskoye.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Ucrania afirmó que durante la última jornada las pérdidas de las tropas enemigas aumentaron, al reportar el derribo de 14 aviones y 8 helicópteros y la destrucción de 102 tanques y 536 blindados.
Según la entidad castrense ucraniana, los rusos habrían perdido en combate más de 3.000 efectivos.