La fiebre de Lassa se transmite a través de las excreciones de roedores o por contacto directo con la sangre, la orina, las heces u otros fluidos corporales de una persona enferma. Una vez declarada, esta fiebre puede provocar hemorragias en los casos más graves, aproximadamente uno de cada cinco.
Los últimos casos de esta enfermedad en el Reino Unido se remontan a 2009.
Endémica en Nigeria, la fiebre hemorrágica de Lassa es de la misma familia que los virus del Ébola y el Marburgo, pero mucho menos virulenta.
El miércoles, la UKHSA había confirmado dos casos de fiebre de Lassa en Inglaterra relacionados con viajes recientes a África Occidental. Se trata de dos miembros de la misma familia.
“Confirmamos la triste muerte de un paciente en nuestro hospital que tenía un caso confirmado de fiebre de Lassa”, anunció el viernes un portavoz de Bedfordshire Hospitals NHS Foundation Trust, en el sur de Inglaterra, citado en el comunicado de la UKHSA.
El organismo precisó que está “contactando con las personas que estuvieron en estrecho contacto con los casos antes de que se confirmara su infección” y subrayó que “el riesgo para el público sigue siendo muy bajo”.