El informe, presentado el pasado 20 de enero en Múnich, sostenía que el ahora papa emérito supo de la existencia de casos de abusos sexuales a jóvenes y menores cometidos por miembros de la Iglesia católica alemana y le reprochaba no haber actuado.
Tuvo al menos en cuatro casos una conducta reprochable, de acuerdo con ese informe, elaborado por encargo del arzobispado de Múnich y Freising y con 1.700 páginas, donde se documentan centenares de casos sucedidos entre los años 1945 y 2019.
Ratzinger estuvo al frente de ese arzobispado entre 1977 y 1982. El informe reprocha también la conducta de otros altos jerarcas de la Iglesia católica alemana, en lo que calificaron sus autores de "balance de un horror".
Se documentan cientos de casos cometidos durante décadas y hasta casi el presente, y responsabiliza a las sucesivas jerarquías de no haber actuado en consecuencia o incluso haberlos encubierto.
En dos de los casos atribuidos al periodo en que Ratzinger, los abusos fueron presuntamente cometidos por dos clérigos que prestaban asistencia espiritual y contra los cuales no se actuó en absoluto.
EL PRIMER RECHAZO DE RATZINGER
Ya en la presentación de ese informe, sus responsables consideraron "poco creíble" la primera reacción del papa emérito rechazando haber tenido conocimiento de esos casos. Sostenían que por parte de Ratzinger no hubo "ningún interés reconocible" en actuar frente a ellos.
Especialmente comprometedor era el caso de un párroco identificado como Peter H., quien en 1980 fue trasladado del obispado de Essen (oeste) al de Múnich (sur) tras haber sido acusado de pedófilo y que en su nuevo destino siguió cometiendo abusos.
Ratzinger declaró entonces que no participó en la reunión celebrada el 15 de enero de 1980 en la que se debatió sobre ese párroco, aunque el acta de ese encuentro constataba que el entonces arzobispo hizo comentarios sobre un servicio fúnebre y sobre una conversación mantenida con el papa Juan Pablo II.
El informe aborda al menos los casos de 497 personas, la mayoría de ellos hombres jóvenes y menores, y contabiliza a 235 presuntos autores de los abusos, de ellos 173 sacerdotes y 9 diáconos, aunque se presume que puede haber otros.
Los abogados llegan a la conclusión de que muchos de los sacerdotes y diáconos continuaron ejerciendo sus funciones después de conocerse su comportamiento; cuarenta de los religiosos siguieron prestando consejo espiritual y en 18 casos a pesar de haber sido objeto de una "condena relevante" por parte de sus superiores.
En el informe también se reprocha al cardenal arzobispo de Múnich y expresidente de la Conferencia Episcopal alemana, Reinhard Marx - que fue quien lo encargó - su comportamiento en relación con dos casos de presuntos abusos y además se le atribuía no prestar suficiente atención a estos comportamientos.
Marx presentó en 2021 su dimisión al papa Francisco como gesto ante los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia católica alemana tras los informes divulgados sobre el comportamiento de la jerarquía de la ciudad de Colonia, en el oeste del país, pero el pontífice la rechazó y alabó su "coraje".
EL PAPA EMÉRITO SE RETRACTA
Cuatro días después de difundirse ese informe, el propio Ratinzger se retractó parcialmente de su anterior declaración sobre el caso Peter H. Reconoció, a través de su secretario privado Georg Gänswein, que sí estuvo presente en la reunión de enero de 1980 en la que se trató del traslado de dicho párroco.
Aseguró, sin embargo, que en aquella sesión no se habló de que el sacerdote desempeñara labores pastorales, sino de "hacer posible que contara con alojamiento en Múnich durante su tratamiento terapéutico".
LA CONFERENCIA EPISCOPAL PIDE MÁS
Tras la difusión del informe, la Iglesia católica alemana ha asumido una serie de reconocimientos de culpa y se han producido varias peticiones al papa emérito para pedir perdón.
El cardenal Marx compareció en dos ocasiones ante los medios para expresar su profunda vergüenza por lo ocurrido. En una reciente entrevista al diario muniqués "Süddeutsche Zeitung", el cardenal se pronunció en contra del celibato obligatorio.
El presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Georg Bätzing, consideró por su parte que Benedicto XVI debe pedir perdón por su papel en el escándanlo de abusos sexuales en la iglesia y aceptar sus culpas en el encubrimiento de casos.