Las intensas precipitaciones del último fin de semana ocasionaron desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierra e inundaciones en varias localidades de Sao Paulo, que obligaron a evacuar a unas 660 familias, según los datos de Defensa Civil.
De acuerdo con el último balance del Gobierno de Sao Paulo, al menos cinco personas están desaparecidas y nueve resultaron heridas, además de las 21 que fallecieron.
El secretario de Desarrollo Regional de Sao Paulo, Marco Vinholi, informó en declaraciones a medios locales que el último óbito fue un bebé recién nacido víctima de un alud de tierra en Itapevi, en la zona metropolitana de la capital paulista, una de las regiones más afectadas.
Según el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres, la ciudad de Sao Paulo, su zona metropolitana, así como el interior del estado, siguen en alerta este lunes, con riesgo alto de inundaciones y deslizamientos.
El estado de Sao Paulo es el más rico y el más poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, una población similar a la de países enteros como España y Argentina.
La capital homónima y su región metropolitana concentran alrededor de la mitad de la población de la región.
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El fuerte temporal coincide además con un agravamiento de la pandemia de coronavirus en Sao Paulo, el estado brasileño con peores números, ya que contabiliza 4,6 millones de infectados y cerca de 160.000 fallecidos asociados a la covid-19.
Las tormentas suelen ser habituales durante el verano austral brasileño, es decir, entre los meses de diciembre y marzo, aunque en los últimos años se han intensificado.
Entre finales de 2021 y principios de este 2022, otros estados brasileños se han visto fuertemente afectados por temporales de lluvias torrenciales.
En Bahía, noreste de Brasil, las fuertes precipitaciones causaron cerca de una treintena de muertos, dejaron bajo el agua decenas de ciudades y obligaron a casi 100.000 personas a abandonar sus hogares.
Una situación parecida vivió Minas Gerais (sureste), donde al menos treinta personas perdieron la vida en diferentes incidentes provocados por las lluvias, diez de las cuales fallecieron cuando una enorme pared rocosa de un turístico cañón de la región se cayó sobre el barco en el que se encontraban.