La petición se ha hecho a través de una carta abierta difundida este jueves, coordinada por el colectivo Justicia para las Víctimas de la Masacre de 1988 en Irán (JVMI, en inglés), que se hizo llegar el 25 de enero al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet.
En el texto, los firmantes señalan que los hechos de 1988, en que unos 30.000 prisioneros políticos, sobre todo activistas de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán, fueron ejecutados o hechos desaparecer tras una fatua del Líder Supremo, el ayatolá Ruhollah Jomeiní, constituirían "crímenes de guerra y genocidio".
En la carta se mencionan como presuntos perpetradores "clave" a Raisi y el jefe de la Justicia iraní, Gholam-Hossein Mohseni Ejei, quienes siguen "disfrutando de la impunidad".
Tahar Boumedra, director de JVMI, con sede en París, asegura en un comunicado que es "el mayor llamamiento internacional en la historia de la ONU por parte de expertos y la comunidad de derechos humanos para que se haga rendir cuentas a los líderes iraníes sobre la masacre" de 1988.
JMVI recuerda que el 29 de junio de 2021 el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Irán, Javaid Rehman, ya pidió una investigación independiente de esas ejecuciones ordenadas por el Estado y del papel desempeñado por Raisi como fiscal adjunto. También lo hizo el 4 de agosto el Grupo de trabajo de la ONU sobre desapariciones forzosas.
La carta divulgada hoy está firmada, entre otros, por el expresidente de Chile y presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo, Ricardo Lagos; el expresidente de la Comisión Europea Jacques Santer (Luxemburgo); el expresidente mexicano del Consejo de Seguridad de la ONU Claude Heller; los juristas Juan E. Méndez (Argentina) y Ana Salinas de Frías (España), el exrelator de la ONU para la Verdad y la Justicia Pablo de Greiff (Colombia) y el exprimer ministro de Bélgica y antiguo presidente del Consejo de la Unión Europea Guy Verhofstadt.