"Hay una persistencia de amenazas graves contra ciudadanos occidentales en Kenia. Existe un riesgo real de apuntar a lugares públicos frecuentados por extranjeros (restaurantes, hoteles, lugares de ocio, centros comerciales, etc.), particularmente en Nairobi", afirmó la embajada en un comunicado.
"Por lo tanto, se recomienda a las personas en Kenia que ejerzan una vigilancia extrema y eviten frecuentar estos lugares públicos en los próximos días, incluido este fin de semana", agregó la legación, sin ofrecer más detalles sobre esa amenaza.
Desde octubre de 2011, cuando Kenia envió a su Ejército a Somalia como respuesta a una oleada de secuestros atribuidos al grupo yihadista somalía Al Shabab dentro su territorio, los radicales islámicos han perpetrado numerosos ataques en suelo keniano.
Hoteles de Nairobi fueron en el pasado objeto de ataques terroristas, como el perpetrado por el grupo yihadista somalí Al Shabab contra el selecto hotel Dusit D2 el 15 de enero de 2019.
El atentado fue cometido por un suicida y cuatro pistoleros que abrieron fuego a discreción y asesinaron a 21 personas.
Nairobi vivió un ataque parecido en septiembre de 2013, cuando al menos cuatro terroristas de Al Shabab asaltaron el centro comercial Westgate, no lejos del Dusit D2.
En ese atentado murieron 67 personas durante los cuatro días que estuvieron atrincherados los terroristas dentro del edificio, asediados por las fuerzas de seguridad.
El ataque más grave del grupo yihadista en suelo keniano acaeció en abril de 2015, cuando 148 personas murieron en el asalto a la Universidad de Garissa (norte).
Al Shabab, que se afilió a Al Qaeda en 2012, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia y aspira a instaurar en el país un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.