Desde su último récord a mediados de noviembre, el tecnológico Nasdaq perdió más de 15%, lo cual lo deja claramente en zona de corrección, en su peor mes desde octubre de 2008, en plena crisis financiera por los créditos hipotecarios.
En tanto el índice ampliado S&P 500, más representativo de la tendencia general del mercado, cedió 8,3% desde su último máximo, a inicios de 2022.
La imponente caída de la acción de Netflix (-21,79% el viernes), una de las compañías mimadas de Wall Street que alcanzó casi 700 dólares la acción en noviembre para caer hasta los 400 dólares, da escalofríos e inquieta a los pequeños inversionistas y a quienes tienen planes de retiro conocidos como 401k, con valores bursátiles.
“Su 401k es probablemente 40% inferior a lo que era hace tres meses. Tengo 65 años y no tengo tiempo de recuperarme. Gracias Joe Biden”, se quejaba un internauta.
“Las personas están perdiendo mucho de su 401k. Es la billetera que decide las elecciones así que esperen que los demócratas sean completamente derrotados”, agregaba otro en relación a las elecciones legislativas de medio término este año.
La perspectiva de un incremento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), para contener la inflación que se ubica en un máximo desde hace casi 40 años, hace temblar a Wall Street.
Aunque el mercado espera que las tasas, casi en cero desde el inicio de la pandemia, suban un punto porcentual en 2022, algunos piensan que la Fed falló en dimensionar la inflación, y que podría hacer un ajuste más severo.
De “osos” y “toros”
La cuestión ahora para los operadores es saber si la corrección puede llevar a un “bear market”, en baja prolongada, el término opuesto a “bull market”. Mientras el “oso” (bear) es la forma pesimista del mercado de valores, el “toro” (bull) representa la fortaleza y el avance.
“Es verdad que el mercado actúa sin ton ni son, salvo para el Nasdaq”, reconoció Peter Cardillo, analista de Spartan Capital. Cardillo cree que la temporada de resultados de empresas, más bien positivos, cambiará la dinámica.
“Todavía estamos lejos del ‘bear market’ pero si comenzamos a anticipar una desaceleración de la economía con el alza de tasas, entonces continuaremos vendiendo, lo cual podría hacernos pasar de una simple corrección a un ‘bear market’”, explicó Gregori Volokhine, gestor de carteras de Meeschaert Financial Services.
La economía estadounidense debería crecer vigorosamente en 2022 tras el impacto de la pandemia.
¿Pero un mercado bursátil que se debilita, podría afectar el crecimiento? “Eso podría frenar la reactivación pero no causar una recesión”, aseguró a la AFP Sam Stovall, de CFRA.
“Acabamos de reducir nuestra previsión de crecimiento del PIB de 4,6% en 2022 a 4,2%, pero tiene más que ver con la duración de la inflación y con las expectativas según las cuales la Fed subirá las tasas cada trimestre este año”, añadió el experto.
Para otros, si la corrección no se prolonga demasiado, es una medida sana en un mercado a veces sobrevaluado.
Un indicador clave de la valorización de las acciones, el ratio P/E que compara el precio de una acción con la ganancia por acción de la empresa, se ubica actualmente en una media de 21,2 para las empresas que componen el S&P 500. Eso quiere decir que se paga más de 21 veces el valor del beneficio por acción de una firma para comprar una acción.
Según los cálculos de Sam Stovall, las estadísticas históricas muestran que este ratio podría descender a 19,7 en un entorno de tasas a 10 años de los bonos del Tesoro entre 1,75% y 2,25%. “Eso corresponde a una caída de 15% del S&P 500, por lo tanto estamos en medio de una corrección”, indicó el experto.
“La historia nos dice que podríamos descender el doble, a -30%” si el ratio cae a 16,2, su media histórica en un contexto de tasas similar, señala el especialista.
Pero la historia también aporta cierta tranquilidad. “Wall Street es oportunista”, afirma Stovall. “Luego de una corrección, los inversores vuelven con fuerza y en promedio, no se necesitan más de cuatro meses para volver al equilibrio”, concluye.