Según confirmó a Efe la portavoz de la fiscalía, Anne Leiding, las diligencias se refieren a representantes eclesiásticos a los que el informe, que abarca el periodo de 1945 a 2019, atribuye conductas reprochables y que todavía continúan con vida.
"Qué reglas del derecho penal fueron violadas todavía es objeto de examen," agregó Leiding, quien explicó que el despacho de abogados que elaboró el informe puso a disposición de la fiscalía las informaciones que dieron pie a las diligencias en agosto del año pasado.
El documento, encargado por el cardenal arzobispo de Múnich y Freising, Reinhard Marx, acusa a los responsables de esa archidiócesis de no haber hecho lo suficiente por esclarecer los abusos cometidos contra casi 500 víctimas por parte de 235 perpetradores.
Una de los hallazgos que han tenido el mayor eco mediático es la inacción del papa emérito Benedicto XVI ante al menos cuatro casos en su etapa al frente de la archidiócesis en los años 80 y su falta de cooperación con los investigadores, que concluyen que es falso que no estuviera al corriente de los hechos.
El cardenal Marx se declaró "conmocionado y avergonzado" al conocer el contenido del informe, aunque la Iglesia católica en Alemania no se posicionará oficialmente hasta después de haber analizado de forma minuciosa las conclusiones, la semana que viene.
Markus Söder, el primer ministro de Baviera - el "Land" de mayoría católica al que pertenece la archidiócesis en que ocurrieron los abusos-, calificó el informe de "largo camino hacia el abismo", en declaraciones citadas por la cadena regional "Bayerischer Rundfkunk".
Además, afirmó que la Iglesia católica debe modificar sus estructuras y comprometerse claramente con una política de "tolerancia cero" para con los agresores.
Por su parte, en una rueda de prensa hoy en Berlín, la viceportavoz del Gobierno federal Christiane Hoffmann tildó al informe de "paso al que deben seguir otros pasos" y pidió a la Iglesia que realizara "una revisión transparente y completa".