Pionyang cumple su amenaza de endurecer su postura con su cuarto test del año

SEÚL. Corea del Norte disparó hoy dos misiles balísticos de corto alcance en su cuarto lanzamiento del año, pocos días después de amenazar con endurecer su postura por la hostilidad de EE.UU. y en línea con el prometido fortalecimiento de su arsenal.

Imagen de archivo de un desfile militar en Pionyang, en la que se observan lanzamisiles del régimen norcoreano.
Imagen de archivo de un desfile militar en Pionyang, en la que se observan lanzamisiles del régimen norcoreano.Archivo, ABC Color

El Estado Mayor Conjunto (JSC) surcoreano detectó el lanzamiento de dos proyectiles a las 8:50 y 8:54 hora local de este lunes (23:50 y 23:54 GMT del domingo) desde la localidad de Sunan, próxima a Pionyang, en el oeste del territorio, y en dirección al mar de Japón (llamado mar del Este en Corea), al este de la península.

Según los análisis de la inteligencia surcoreana y estadounidense, los proyectiles volaron unos 380 kilómetros a una altitud máxima de 42 km antes de caer al mar, datos que coinciden con las estimaciones de las fuerzas armadas japonesas, que también vigilan la actividad armamentística norcoreana por la proximidad a su territorio.

Seúl y Washington "están realizando un análisis detallado" de los lanzamientos "para obtener información más específica", señaló el JSC en un comunicado recogido por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

El lanzamiento de hoy, el cuarto de 2022, se produce tres días después de que Pionyang lanzara dos misiles balísticos también de corto alcance desde un tren, en muestra del aparente empeño del régimen de diversificar sus plataformas de lanzamiento con la intención de dificultar la detección de sus misiles.

Esto eleva a seis los proyectiles testados por el régimen en lo que va de año, tras los dos disparos del día 14 y los de los días 5 y 11, en los que el régimen lanzó lo que asegura que son misiles hipersónicos, en un despliegue de la sofisticación de su arsenal.

DIVERSIFICACIÓN Y PREPARACIÓN

Los recientes lanzamientos norcoreanos ponen de manifiesto la poca inclinación del régimen al diálogo y la evolución de las capacidades de Corea del Norte para lanzar misiles desde varias plataformas, como trenes, instalaciones terrestres y hasta subterráneas.

"Estos lanzamientos de misiles resaltan el impacto desestabilizador del programa de armas ilícito de la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte)", dijo en un comunicado el Comando del Indo Pacífico estadounidense.

Tanto los gobiernos de Corea del Sur como de Japón tildaron la prueba balística de "extremadamente lamentable", y dijeron que se mantendrán alerta y vigilantes antes las actividades norcoreanas.

Las armas que viene probando Corea del Norte desde 2019 han mostrado una mayor sofisticación a la hora de burlar los sistemas de radar y potencialmente suponen una creciente amenaza para los escudos antimisiles de los países del entorno.

Los recientes lanzamientos desde un tren son los segundos de este tipo para Pionyang, mientras que los realizados con los alegados proyectiles hipersónicos constituyeron el segundo y el tercero, tras los primeros realizados en ambos casos el pasado septiembre.

El Ejército surcoreano cree que el objetivo del régimen norcoreano con pruebas tan sucesivas podría ser confirmar y perfeccionar sus capacidades para lanzar misiles sucesivamente con más precisión.

"REACCIÓN MÁS FUERTE Y DETERMINADA"

Corea del Norte amenazó la semana pasada con reaccionar de forma "más fuerte y determinada" a la reciente imposición de sanciones por parte de EE.UU. a varias personas, entre ellas seis ciudadanos norcoreanos, vinculados a los programas de armas del régimen.

Horas después realizó su prueba de misiles más reciente, hasta hoy, con la que dijo querer "verificar y juzgar la competencia" de la preparación de la unidad ferroviaria y los dispositivos con un corto período de aviso.

Los lanzamientos de hoy parecen confirmar la amenaza de Pionyang de endurecer su retórica y sacar músculo hacia lo que considera una actitud "hostil" de Washington, y está en línea con lo dicho por el líder norcoreano, Kim Jong-un, en su mensaje de Año Nuevo, en el que aseguró que la prioridad del país es la economía y el refuerzo de la defensa nacional.

El desinterés mostrado por Pionyang durante meses hacia el diálogo, la renovada voluntad estadounidense de endurecer sanciones y los cuatro ensayos de armas norcoreanos que se han sucedido en poco más de dos semanas traen ecos de las tensiones que se vivieron entre los dos países en 2017.

La escalada norcoreana y el estilo heterodoxo del entonces presidente estadounidense Donald Trump acabaron deparando después un carrusel de cumbres entre el propio Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, que rebajaron esa tirantez, pese a que finalmente desembocaran en un atasco en las negociaciones que persiste hoy.

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