Wang Fuyu, de 69 años y retirado desde hace tres, era el segundo máximo responsable del PCCh en la provincia de Guizhou (centro) cuando cometió los delitos por los que fue juzgado en noviembre y hoy resultó condenado, recoge el diario hongkonés South China Morning Post.
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La sentencia se dio a conocer un día después de que el caso de Wang apareciera en un programa de la televisión estatal sobre corrupción en el que se reveló que el exfuncionario había llegado a un lucrativo acuerdo con un ejecutivo de una empresa de cotizados licores que también se encuentra ahora en prisión cumpliendo una pena de diez años.
Durante el juicio celebrado en noviembre Wang se declaró culpable de haber aceptado millones de yuanes en sobornos y, según un comunicado del tribunal de Tianjin (noreste), está conforme con la sentencia y no la recurrirá.
El funcionario corrupto no será ejecutado pero pasará el resto de su vida entre rejas, al quedar conmutada la pena capital por cadena perpetua, y también deberá pagar una cuantiosa multa, a la vez que todos sus bienes quedaron confiscados.
El programa televisivo mostró imágenes de Wang confesando muy arrepentido los delitos que cometió cuando era un poderoso funcionario del PCCh.
"No sé por qué quería ese dinero, si ya tengo suficiente. Ahora sé que mi insana codicia estaba en su momento más alto", aseguró el aparentemente compungido reo.
Tras su llegada al poder en 2012, el actual secretario general del PCCh y presidente de China, Xi Jinping, comenzó una campaña anticorrupción en la que más de un millón de funcionarios han recibido castigos por su conducta.
La campaña ha destapado importantes casos de corrupción, pero algunos críticos han apuntado que también podría estar siendo utilizada para acabar con la carrera política de algunos de sus rivales.