"Parece que los rusos no tienen demasiadas ganas de continuar (dialogando). Pero estén seguros de que Europa estará presente, activa, en todas las negociaciones que sigan, si es que las hay", aseguró el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, a su llegada a la reunión informal de los ministros comunitarios en Brest.
Tras las reuniones del martes entre Washington y la Alianza Atlántica con Moscú y la que celebró el jueves en Viena la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, aseguró ayer que no ve "motivos" para reanudar las conversaciones con Estados Unidos porque Washington y la OTAN han rechazado sus demandas de garantías de seguridad.
En la misma línea que Borrell, la ministra de Exteriores de Suecia, Ann Linde, lamentó que en las reuniones de esta semana "no hubo pasos positivos (...) y los rusos dijeron que no estaban preparados para continuar".
"Lo que no es bueno es que también la parte de la que podíamos hablar, como control de armas o transparencia, ya no sea posible discutirlo con Rusia, y lo lamento mucho", continuó la ministra
En sentido contrario, Linde calificó de "inaceptable" la petición del Kremlin para que la OTAN no continúe expandiéndose hacia el este, incorporando a antiguas repúblicas soviéticas como Ucrania o Georgia, u otros países como Finlandia o Suecia.
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, señaló que "nadie puede pensar" que si la reunión entre la Alianza Atlántica y Rusia fue la primera en dos años "se arregle en dos horas" lo que no se ha podido abordar hasta entonces.
Pidió también "unidad" a los países europeos para poder defender una misma postura en los distintos "formatos muy intensivos" en los que están presentes en el diálogo con Moscú, la OTAN, la OSCE y "en pequeño formato", en el cuarteto de Normandía, que reúne a Francia, Alemania, Rusia y Ucrania.
Más allá de la tensión con Rusia, los ministros de Exteriores discutirán también hoy el bloqueo que China impone en su aduana a los productos de importación lituanos y el acoso a las empresas europeas que utilizan componentes de fabricación de la república báltica.
"En las última semanas la UE ha dejado claro que debe haber respuestas europeas comunes, especialmente con medidas coercitivas", dijo Baerbock.
La Comisión Europea está estudiando la posibilidad de que se sanciona a China ante la Organización Mundial del Comercio por su tensión con Lituania, que inició después de que Vilna permitiese la apertura de una oficina de representación de Taiwán en su país.