Este fue uno de los deseo del papa Francisco en su discurso de felicitación de las fiestas a los empleados del Vaticano y en el que también pidió que la Navidad traiga un poco “de serenidad” a todos, sobre todo a los que están pasando tantas preocupaciones
El pontífice argentino indicó la necesidad de la "cercanía" en estas fiestas de Navidad y puso como ejemplo que "cuando hay un abuelo o una abuela en la familia que ya no puede salir con facilidad, entonces vayamos a verle, con el cuidado que requiere la pandemia, pero vayamos y no los dejemos solos".
"Y si no podemos ir, hagamos una llamada telefónica y hablemos un poco. Pero sobre todo, en cuanto podamos, vayamos a pasar un rato con él o ella", dijo.
Francisco insistió en la necesidad de no "descuidar" a los abuelos y los ancianos porque, destacó, "lo que hacemos a ellos, los hijos lo harán a nosotros".
El papa también aseguró sus oraciones "para que los que más lo necesitan reciban el don de la serenidad, tanto personal como familiar".
Recordó que "la pandemia ha causado muchos problemas a las familias, tanto económicos como psicológicos" y citó por ejemplo "a los niños y adolescentes, que se han visto especialmente afectados por los periodos de aislamiento y de la enseñanza a distancia".
Respecto a la situación en el Vaticano, Francisco explicó que a pesar de la crisis económica que también afecta a los trabajadores, se ha intentado garantizar el empleo y aseguró que se encontrarán soluciones a algunos problemas.
"Espero que se puedan encontrar soluciones satisfactorias a través del diálogo, tratando de satisfacer las necesidades de cada uno, respetando los derechos de los trabajadores y el bien común", dijo Francisco.
En el Vaticano para hacer frente a la crisis se tomaron medidas como bloquear los aumentos de sueldo en algunas categorías.