“Es una elección estrecha, tenemos que esperar el resultado. Un resultado es el que emite el Servel (Chile contiene el aliento ante las elecciones más trascendentales en 30 años
Servicio Electoral), pero si ese resultado es muy estrecho, claramente los apoderados de mesa tienen un rol y esto podría llegar a resolverse en tribunales electorales”, indicó el líder del Partido Republicano tras votar en el sur de Santiago.
Kast, de 55 años y quien ganó la primera vuelta en noviembre con apenas dos puntos de diferencia (27,9 %), se disputa la Presidencia chilena contra el exlíder estudiantil y diputado de izquierda Gabriel Boric, quien alcanzó el 25,8 %.
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Los últimos sondeos daban por ganar a Boric, vinculado a las demandas sociales emanadas en las revueltas de 2019 y defensor de un Estado de bienestar similar al europeo, pero los expertos alertan de que el resultado se contará voto por voto y dependerá de la participación, que en la primera vuelta apenas llegó al 50 % del padrón.
Más de 15 millones de chilenos están llamados a sufragar este domingo en las elecciones más inciertas y trascendentales en décadas, con las dos propuestas que se enfrentan en las urnas más dispares desde el retorno a la democracia en 1990.
El ultraderechista, que defiende el modelo económico neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990) y promete mano dura contra la violencia y la migración ilegal, aseguró estar “preparado para cualquier resultado”.
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”Siempre digo que ganando gano y perdiendo también gano, porque hemos recuperado el equilibrio político en la nación”, afirmó en declaraciones a los medios.
Kast, quien ya concurrió en las presidenciales de 2017 -apenas consiguió el 8 % de los votos y no pasó al balotaje-, ha moderado su discurso para atraer al centro, pero sigue oponiéndose al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo y quiere devolverle a Chile “la paz perdida” tras las revueltas de 2019.
”Para mi sería un gran honor dirigir los destinos de la nación. Hay legítimas diferencias, pero hay que trabajar por el dialogo y el reencuentro y eso se hace en base a la justicia, al orden y a la seguridad”, indicó Kast, quien cuenta con el apoyo de la derecha oficialista.
Diputado durante 16 años y militante por dos décadas en la Unión Demócrata Independiente (UDI), sus principales apoyos están en el norte, donde existe desde hace meses una crisis migratoria tras la llegada de miles de venezolanos, y en el sur, donde hay un histórico conflicto territorial entre el pueblo mapuche y empresas forestales.
Entre los principales retos del futuro estará encauzar la crisis social que sigue vigente desde las protestas de 2019; liderar la implementación de las normas de la nueva Constitución -en caso de aprobarse en un plebiscito de salida-, y hacer frente a los retos económicos que dejó la pandemia.