La medida amplía en 2,5 billones de dólares los fondos para hacer frente a las deudas ya contraídas, lo que permitirá a EE.UU. mantener su capacidad de endeudamiento hasta 2023.
El proyecto, que fue aprobado en la Cámara de Representantes con 221 votos a favor y 209 en contra después de ser autorizado horas antes por el Senado, está ahora listo para recibir la firma del presidente estadounidense, Joe Biden, y entrar en vigor.
La ley evita que EE.UU. incurra en un impago de su deuda soberana este mismo 15 de diciembre, cuando se espera que el país se quede sin fondos para pagar sus deudas, de acuerdo a los últimos cálculos de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
El camino para que este proyecto recibiera luz verde fue especialmente complicado en el Senado, donde la votación fue de 50 votos a favor y 49 en contra.
Normalmente, cualquier proyecto de ley necesita 60 votos para ser aprobado en el Senado.
Sin embargo, la medida recibió el visto bueno con solo los 50 votos de los demócratas gracias a un acuerdo al que llegaron la semana pasada el líder de los progresistas en el Senado, Chuck Schumer, y su rival republicano, Mitch McConnell.
Ambos cambiaron las reglas del Senado de manera puntual para que pudiera suspenderse el techo de endeudamiento únicamente con los votos de los demócratas y sin el respaldo de los republicanos, ya que los conservadores llevan meses oponiéndose en rotundo a apoyar cualquier medida al respecto.
Además, el ala ultraderechista del partido se ha mostrado especialmente combativa sobre ese tema y el expresidente Donald Trump (2017-2021) ha llegado a cuestionar el liderazgo de McConnell.
En una serie de comunicados este fin de semana, Trump criticó a McConnell por no tener "agallas para jugar la carta del techo de la deuda", lo que a su juicio habría perjudicado a su sucesor en la Presidencia, el demócrata Joe Biden, y habría dado a los republicanos una victoria "completa en prácticamente todo".
Por su parte, Yellen ha avisado de que el impago de la deuda podría tener consecuencias muy negativas no solo para la economía de EE.UU., sino para la del resto del mundo.
Una vez aprobada en las dos cámaras, la medida supone una gran victoria para los demócratas, porque al suspenderse el techo de deuda hasta 2023 no tendrán que volver a tocar ese polémico tema hasta después de las elecciones legislativas fijadas para noviembre de 2022.
Estados Unidos nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que Standard&Poor's rebajara la nota de solvencia del país.
Cada cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional, porque a diferencia de otros países el Gobierno estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.
Actualmente la deuda federal de EE.UU. supera los 28 billones de dólares.